El presidente francés anuncia un pacto con Alemania para aprobar un minitratado con nuevas reglas de la UE
Día 02/12/2011
AP
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Europa ha comenzado ya la cuenta atrás hacia su refundación. El euro no tiene más salida: reinvertarse o morir. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, anunció ayer un acuerdo con Alemania para refundar Europa y salvar el euro mediante la creación de un minitratado que sustituirá al de Maastricht, que ha resultado «imperfecto».
El anuncio del presidente galo, realizado en el marco de un discurso a la nación pronunciado en la ciudad de Toulon, será repetido el lunes junto a la canciller alemana, Angela Merkel, tras el encuentro que mantendrán ambos líderes en París. La canciller, no obstante, hará también una comparecencia pública hoy en la que comunicará a los ciudadanos de su país los sustanciales cambios que se avecinan en Europa.
Esta refundación pasará por cambios sustanciales en materia de gobernanza económica. Habrá más control del gasto público de los países por parte de el nuevo gobierno económico que se creará, habrá dispositivos de prevención del derroche mediante controles de los presupuestos de los países «ex ante», incluso antes de que pasen por los respectivos parlamentos y cámaras de representación y, como ya han hecho algunos países, entre ellos España, habrá reglas de oro de gasto en todos los Estados que se adhieran a este minitratado, de tal modo que el objetivo del equilibrio presupuestario aparezca en las normas constitucionales.
Sarkozy anunció que su país se sumará a esta regla de oroprobablemente antes de las elecciones presidenciales, previstas para la primavera de 2012, o en su defecto inmediatamente después.
Al mismo tiempo se establecerán sanciones automáticas y de más calado para los países que incumplan los compromisos en materia de estabilidad presupuestaria, que pueden acabar incluso en denuncias ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. A cambio de toda esta cura de austeridad para lograr el desendeudamiento de la economía europea Sarkozy y Merkel, que al final son los que toman las decisiones de calado en Europa, garantizan estar en el euro y algo así como la generosidad del Banco Central Europeo (BCE) que, aunque seguirá siendo independiente, «asumirá su responsabilidad ante un posible riesgo de deflación», en referencia a una brusca caída de los precios si se agrava la crisis económica.
En el lado positivo también se sitúa un plan para que los países europeos inicien un proceso de convergencia en materia de competitividad y productividad, uno de los grandes males latentes en Europa que supone que haya países que compitan con otros en materia de salarios y de tipos impositivos.
Entre las novedades figura también que la toma de las decisiones en Europa por mayoría cualificada, que en el Tratado de Lisboa estaba previsto que entrarán en vigor en noviembre de 2014, se adelantará. Sarkozy aseguró en relación con este asunto que «Europa no puede ser rehén de un partido que forma parte de una coalición de Gobierno en un país».
El presidente francés explicó que toda esta batería de decisiones «cruciales» se toman ante la gravedad de una crisis «estructural» que requiere una solución también «estructural».
Referencia a España
El líder francés hizo referencia a España en su discurso de ayer, que pronunció ante un auditorio abarrotado de 5.000 personas que le interrumpieron en varias ocasiones con sus aplausos. Aseguró que nuestro país no tomó las medidas a tiempo y que, al igual que Italia, Portugal, Grecia e Irlanda, «ha tenido que bajar salarios y pensiones y subir impuestos».
Sarkozy enmarcó todas estos cambios en una «reforma global del capitalismo» ya que, tal y como le hemos dejado funcionar, ha provocado una degradación del valor del trabajo y un endeudamiento insostenible.
En este contexto los líderes de la Unión Europea se enfrentar a siete días cruciales, que culminarán el próximo viernes con una Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno en Bruselas, de la que deberán salir acuerdos, basados en la «hoja de ruta» que han diseñado al milímetro Merkel y Sarkozy para «refundar Europa y así salvar al euro», según anticipó ayer a los franceses el presidente galo.
La reunión del viernes vendrá precedida por una cumbre del Partido Popular Europeo, que se celebrará el miércoles y jueves en Marsella, y a la que asistirá Mariano Rajoy que será crucial también para los intereses de España. El líder del PP, y próximo presidente del Gobierno español, tendrá la oportunidad de transmitir personalmente tanto a Sarkozy como a Merkel sus planes en materia económica y, sobre todo, sus nuevos compromisos en materia de consolidación presupuestaria para lograr cerrar el año con un déficit público del 6% del PIB y del 4,4% en el próximo ejercicio.