Varios expertos opinan que las principales fuerzas detrás del alza de los commodities durante el año pasado, a saber las fuertes economías en los mercados emergentes aunadas a las preocupaciones sobre la salud financiera de Estados Unidos y Europa, seguirán impulsando los precios este año.
Las preocupaciones sobre la crisis de deuda soberana en Europa y la lenta recuperación de EU podrían debilitar tanto al euro como al dólar. Y una moneda estadounidense estancada podría aumentar los precios de las materias primas, ya que muchas de ellas se negocian en dólares.
David Beahm, vicepresidente de investigación económica de Blanchard & Company Inc, firma especializada en activos tangibles como el oro y otros metales preciosos, señala que el oro podría alcanzar los 1,650 dólares la onza en 2011. Es un incremento del 15% respecto a sus niveles actuales, que ya rondan máximos históricos.
En opinión de Beahm, el programa de flexibilización cuantitativa de la Reserva Federal estadounidense (Fed) conducirá a una depreciación del dólar a medida que el Banco Central continúe comprando bonos de largo plazo. El analista cree que la Fed debería hacer más para estimular la economía, especialmente si la tasa de desempleo sigue alta.
La debilidad del dólar podría generar más temores de una inflación, que a su vez alimentaría los precios del oro y otros metales, pues el oro es usado a menudo como una cobertura contra la inflación. "La recuperación económica de EU no es tan rosa como podríamos creer. La Fed tendrá que seguir imprimiendo dinero y eso convierte al oro en un activo extremadamente atractivo", advierte Beahm.
Al mismo tiempo, el robusto crecimiento de las economías de China, India, Brasil y Rusia derivará en una mayor demanda de petróleo, metales industriales como el cobre y el paladio y "commodities" agrícolas como maíz y trigo.
Es importante recordar que el precio de algunas materias primas escaló brutalmente el año pasado (la plata subió 80% en 2010, mientras que el algodón y el trigo aumentaron 90%), por lo que es imposible que ese ascenso se repita en 2011, incluso si las naciones BRIC siguen consumiendo de forma delirante.
"Los mercados emergentes han contribuido a elevar la demanda de materias primas de forma generalizada, así que mantenemos una tendencia alcista en los commodities. Sin embargo, los inversores tienen que ser precavidos a estos niveles. Si esperas retornos como los del 2010, muy posiblemente saldrás decepcionado", indica Oliver Pursche, gestor del fondo GMG Defensive Beta Fund.
De acuerdo a Pursche, los precios de muchos metales están ya a alturas excesivas, el único que aún parece atractivo en términos de oferta y demanda es el paladio. También los commodities relacionados a la energía, como el petróleo y el carbón, tienen espacio para subir.
Doug Ober, CEO del fondo de inversión especializado en activos energéticos Petroleum & Resources Corporation, coincide. El gestor aconseja conservar los commodities (y las acciones que se beneficien del aumento de los precios de éstos) asociados a activos con uso real en la industria. Mientras la economía china siga avanzando, le irá bien al petróleo, al carbón y al cobre, apunta Ober.
No obstante, algunos analistas temen que el precio de las materias primas ya no tenga más espacio para crecer, y lo único que le quede sea bajar. "Cada vez que hay un activo al que casi todo mundo le apuesta, es cuando alguien suele salir perjudicado", advierte David Loeper, CEO de Wealthcare Capital Management.
Para Loeper, los temores de una inflación son exagerados, y todavía existe un gran riesgo de que Estados Unidos caiga en una espiral deflacionaria de largo plazo, como la que vivió Japón en los 90s. Esa situación traería malas noticias para los commodities.
Por todas estas razones, Pursche sostiene que invertir en commodities no es para los débiles de corazón. Su fondo tiene casi una cuarta parte de sus activos en commodities, pero indica que se trata de una apuesta de varios años, no como un medio para hacer dinero rápido.
Los inversores que busquen negociar con materias primas deben ser extremadamente cuidadosos. Pursche incluso dice que no se sorprendería si hay un reacomodo violento en los precios este año, pues muchos operadores no han considerado los contratiempos.
"Podríamos ver una caída en los precios. Todo lo que se necesita es que China eleve las tasas de interés tres cuartos de punto en lugar de un cuarto de punto, por ejemplo. Hay muchos pequeños sucesos que no alterarían el panorama a largo plazo de los commodities, pero que podrían causar una venta a corto plazo", advierte Pursche.
El alza en los precios de las materias primas, un problema prioritario para Latinoamérica |
Americaeconomica.com |
El alza en los precios de las materias primas ha convertido a la inflación en uno de los principales focos de preocupación de los gobiernos de América Latina. Esta situación podría llevar a los Bancos Centrales de la región a un problema difícil de resolver. Si las apuestas de los expertos se cumplen y continúa la subida de los costos de estos productos, en especial de los alimentos, los organismos supervisores tendrán que decidir entre subir sus tasas de interés para enfriar la economía o proteger al sector exportador. La Organización de Naciones Unidas (ONU) ha asegurado que los precios globales de los alimentos se han disparado en diciembre a su mayor rango en dos décadas. Además, los costes pueden trepar todavía más debido a las bajas reservas de cereales y a la mala situación climatológica que azota al Planeta, que provoca catástrofes naturales, inundaciones y sequías. Hasta ahora los diferentes gobiernos y Bancos Centrales latinoamericanos han tomado iniciativas encaminadas a moderar la escalada de sus divisas para proteger la competitividad internacional de sus exportaciones de materias primas. Pero esta situación podría ponerles ante un difícil dilema. De cumplirse los pronósticos de la ONU, las autoridades monetarias de la región tendrían que replantearse su estrategia y apostar por un aumento de las tasas de interés, o el precio de sus monedas en el mercado financiero, para no comprometer sus metas inflacionarias. Al menos, es en este sentido hacia donde apunta la opinión de algunos analistas. Una tasa de interés alta incentiva el ahorro, pero perjudica a las exportaciones al fortalecer la divisa. Sin embargo, una tasa de interés alta estimula el consumo, lo que, sumado a la carestía de los alimentos, podría poner en peligro la inflación de los países de la región. Los gobiernos latinoamericanos están preocupados porque el alza en los precios de los alimentos podría suponer un impacto adicional en la inflación, mientras que el consumo se acelera en gran parte de la región por el incremento en el poder adquisitivo y el mayor acceso a la clase media de la población que han traído como consecuencia unas monedas más fuertes. Sin embargo, otros expertos apuestan por diferentes tipos de iniciativas. “Aumentar tasas de interés para amortiguar el golpe inflacionario de la subida de los precios de los alimentos claramente haría que los capitales entraran más fuerte”, ha comentado Marcelo Giugale, director de Política Económica y Programas de Reducción de Pobreza del Banco Mundial para Latinoamérica. La situación es parecida en toda la región de América Latina. En Brasil, por ejemplo, el precio de los alimentos ha subido un 9% durante los once primeros meses de 2010 y han superado en un 5,6% la inflación general. Ya los responsables del Banco Central del país han dicho que los precios son un riesgo relevante para la inflación y que sería una de las razones para los esperados aumentos de las tasas de interés durante 2011. La inflación interanual de los alimentos en México se triplicó el pasado mes de noviembre en comparación con los dos meses anteriores. Sin embargo, en el país norteamericano la situación es menos urgente, debido a que la lenta recuperación económica del país después de la crisis global, lastrada por la situación de EEUU, puede posponer los aumentos en las tasas de interés hasta el próximo año. En Argentina, donde la comida representa un 60% de su Índice de Precios al Consumo (IPC), el coste de los alimentos ha trepado un 37%. Banqueros centrales frenarán amenaza de inflaciónLas alzas en los precios de las materias primas tendrán que ser seguidas muy de cerca, advierte Jean-Claude Trichet, presidente del Banco Internacional de Pagos. Basilea, Suiza.- Los principales banqueros centrales del mundo advirtieron sobre la amenaza de una mayor inflación en las economías emergentes de rápido crecimiento, así como manifestaron su compromiso de trabajar para mantener las presiones de precios bajo control. Jean-Claude Trichet, que preside las conversaciones sobre la economía global en un encuentro del Banco Internacional de Pagos (BIS por su sigla en inglés), informó que las presiones inflacionarias eran más débiles en el mundo desarrollado, aunque la economía global había tenido un desempeño mejor al esperado. "Las amenazas inflacionarias se presentan como un riesgo general en el mundo emergente, algo que no se ve en las economías avanzadas", afirmó el presidente del Banco Central Europeo (BCE). Trichet aclaró que no hablaba en su calidad de presidente del BCE, puesto que la entidad está en el período de silencio previo a la decisión de tasas de interés de próximo jueves. "Este no es momento para la complacencia, y el firme anclaje de las expectativas de inflación es considerado importante por todos nosotros", expresó, aunque agregó que las alzas en los precios de las materias primas "tendrán que ser seguidas muy, muy de cerca". Trichet señaló que los bancos centrales creen de forma unánime que no se debe permitir un descontrol de la inflación. "Estamos todos unidos en este propósito", aseguró. La reactivación de las economías el año pasado, tras la recesión global -especialmente en mercados emergentes como China e India- han avivado las alzas de precios, pero una subida en los costos de los alimentos está generando también preocupaciones en naciones occidentales donde el crecimiento permanece débil. La inflación anual en China alcanzó un máximo de 28 meses de 5.1 por ciento en noviembre, mientras que en la zona euro se aceleró a 2.2 por ciento en diciembre, con lo que superó la meta del BCE por primera vez en dos años. Trichet sostuvo que los precios de los alimentos eran un factor relevante. "Las razones que están detrás de los incrementos en los precios de los alimentos fueron consideradas importantes. Esto es algo que es particularmente importante en términos del impacto sobre el IPC (Indice de Precios al Consumidor) en el mundo emergente", mencionó. "Obviamente, este es un elemento de posible amenaza de inflación que hemos mencionado", añadió. Los precios globales de una canasta de cereales, oleaginosas, leche, carne y azúcar tocaron el mes pasado su nivel más alto de que se tenga registro a partir de 1990, superando al 2008, cuando una crisis alimentaria generó protestas en varios países. La oficina de Naciones Unidas para la alimentación y la agricultura, FAO, advirtió que el costo de los granos podría trepar incluso más si las malas condiciones climáticas siguen afectando a las cosechas. Resurgimiento de precios Los precios del petróleo están nuevamente en alza. Han subido casi 30 por ciento en los últimos seis meses y ahora están en su máximo desde que explotó la crisis financiera a fines de 2008. El presidente del Banco Central de Chile indicó que los precios de las materias primas estaban "muy altos" y que no se sabía hasta dónde podrían llegar. "Mucho depende de la reacción de la oferta", dijo José de Gregorio. "A los precios actuales, hay muchas oportunidades para la expansión de la oferta", sostuvo. "Es muy difícil ver que los productores de materias primas vean estos precios como precios de largo plazo. Por tanto, debiera haber por el lado de la demanda y de la oferta algo de ajuste de los precios para que vuelvan a niveles más normales", agregó. Trichet tuvo una postura optimista respecto al crecimiento global. "A nivel de la economía global, la recuperación se ha confirmado. El crecimiento está allí, particularmente tengo que decir que estoy impresionado con las economías emergentes", aseguró. "En un número de casos, la economía real ha demostrado la capacidad de comportarse mejor que lo previsto", añadió. Los banqueros centrales concordaron en que la consolidación fiscal era necesaria, mencionó, y sostuvo que la agenda del Grupo de las 20 potencias (G-20) no fue discutida en la reunión. "Hubo una comprensión absolutamente clara de todos nosotros de que la solidez fiscal (...) era muy importante para todas las economías y ciertamente muy importante consolidar la salud de la economía global", comentó Trichet. Trichet puntualizó que no se habló sobre Portugal durante la reunión. Algunas fuentes han indicado que algunos países de la Unión Europea están presionando a Portugal a aceptar una ayuda del fondo de rescate. |