by on 29/01/2011
El Pacto de Santo Tomás se ha visto nublado por los datos de la EPA. El paro sigue creciendo, batiendo un nuevo record: 4,7 millones de parados. Noticia preocupante, si. Pero más preocupante aún es la evolución del paro de larga duración. El paro sigue creciendo no sólo porque se siga destruyendo empleo, sino porque las salidas del paro son cada vez más difíciles, y aún más para aquellos que llevan más tiempo desempleados.
El Gráfico 1, muestra cómo ha ido cayendo rápidamente el porcentaje de personas que sólo llevan tres meses en el paro, mientras crece de forma dramática el paro de larga duración, en especial, aquellos desempleados que llevan dos o más años en el desempleo, y que, por lo tanto, ya han agotado todos sus prestaciones contributivas.
A mayor duración del paro, menores son las posibilidades de encontrar empleo y mayores las tasas de abandono de la participación laboral. Esto era así antes de la crisis, lo es durante, y lo normal es que lo siga siendo cuando se inicie el período de recuperación.
Los Gráficos 2 y 3 nos explican por qué sigue creciendo el paro de larga duración.
Las tasas de salida trimestrales hacia el empleo fueron cayendo para todos los períodos de duración del paro antes de que se produjera el mayor impacto de la crisis (finales del año 2008). Desde entonces parecen mantenerse estables, a niveles mínimos para los parados de larga duración (sólo un 10% para los parados que llevan más de dos años, tres veces menos que los que llevan menos de tres meses).
Por el contrario, las salidas hacia la inactividad (excluyendo aquí aquellos que han decidido retomar sus estudios) han caído de forma sustancial para los parados de larga duración. Ha caído el abandono y éste es un factor que aumenta aún más el número de parados de larga duración. Ésta, en realidad, es una buena noticia, al menos se reducirá el problema de la reactivación de la oferta laboral cuando salgamos de esta crisis. La mala noticia es que se está formando una cola de desempleados cada vez más depreciados y que no vemos el final del túnel de la reforma de las políticas activas. Forma también parte del Pacto de Santo Tomás. Miedo me da.