Como es bien sabido, la crisis económica en la que estamos inmersos ha provocado que la tasa de desempleo se duplique en los tres últimos años, pasando del 10% a finales de 2007 al 20% en el momento actual. Uno de los resultados que encontramos de modo sistemático en el análisis que trimestralmente realizamos en el “Observatorio Laboral de la Crisis” es que aquellos individuos que llevan más de un año desempleados (parados de larga duración) encuentran enormes dificultades al tratar de volver a encontrar un empleo. En esta entrada me gustaría poder aportar mayor información sobre quiénes son estos individuos en relación a su situación demográfica, personal, familiar y laboral. Una visión complementaria que me he encontrado al preparar esta entrada puede encontrarse en la última serie de Capital Humano publicada muy recientemente por el Ivie.
Para conocer la importancia de este colectivo con respecto al total de parados, el primer dato importante, y por desgracia, negativo es que en el cuarto trimestre de 2010, UNO DE CADA TRES parados lleva más de 1 año desempleado. Esto implica que, dado que en el cuarto trimestre de 2010 la cifra de parados que arrojó la EPA fue de 4.696.600, en España hay alrededor de un millón y medio de parados de larga duración.
El segundo dato importante es que este porcentaje se ha incrementado sustancialmente desde el principio de la crisis, ya que a finales de 2007 sólo uno de cada cinco parados llevaba más de un año desempleado. El siguiente gráfico resume el cambio en la distribución de parados por duración del desempleo en estos dos momentos de tiempo. Se observa, en efecto, que la importancia de los parados de larga duración ha crecido sustancialmente en estos tres años de crisis económica:
Para conocer la importancia de este colectivo con respecto al total de parados, el primer dato importante, y por desgracia, negativo es que en el cuarto trimestre de 2010, UNO DE CADA TRES parados lleva más de 1 año desempleado. Esto implica que, dado que en el cuarto trimestre de 2010 la cifra de parados que arrojó la EPA fue de 4.696.600, en España hay alrededor de un millón y medio de parados de larga duración.
El segundo dato importante es que este porcentaje se ha incrementado sustancialmente desde el principio de la crisis, ya que a finales de 2007 sólo uno de cada cinco parados llevaba más de un año desempleado. El siguiente gráfico resume el cambio en la distribución de parados por duración del desempleo en estos dos momentos de tiempo. Se observa, en efecto, que la importancia de los parados de larga duración ha crecido sustancialmente en estos tres años de crisis económica:
Además, el hecho de que más del 20% de los parados lleven más de dos años desempleados, como refleja el gráfico, es un hecho insólito en la mayoría de los países de nuestro entorno y muy preocupante para nuestro mercado laboral, por la importante pérdida de capital humano a la que se enfrentan los parados a medida que su situación de desempleo se alarga en el tiempo.
Para facilitar la exposición, a partir de ahora, agruparé a todos los parados de larga duración (aquellos que llevan más de un año desempleados) y trataré de presentar algunas características del colectivo.
Conozcamos en primer lugar quiénes son estos individuos desde un punto de vista demográfico:
¿Hombres o mujeres? Con los últimos datos de la EPA disponibles (EPA 4º trimestre), el 50% de los parados de larga duración son mujeres. Sin embargo, este porcentaje contrasta sensiblemente con la distribución por género de los parados de larga duración a finales de 2007, donde las mujeres eran claramente mayoritarias en este colectivo (el 66% de los parados de larga duración eran mujeres). Esta diferencia apunta hacia un incremento importante entre los varones desempleados que encuentran especiales dificultades para encontrar un empleo.
¿Qué edad tienen? La media de edad de los parados de larga duración es de 40 años para los varones y 39 para las mujeres. Es curioso y decepcionante para el futuro de nuestro mercado laboral observar que uno de cada tres varones parados de larga duración tiene menos de 30 años – proporción que disminuye en 5 puntos porcentuales en el caso de las mujeres.
¿Cuál es su formación? La formación de estos parados con respecto al resto de la población es claramente inferior, como bien señala el gráfico:
¿Cuál es su situación familiar? Esta es una pregunta muy relevante no sólo desde el punto de vista económico, sino también desde un punto de vista social. Con los datos a nuestra disposición, podemos afirmar que en este cuarto trimestre de 2010, el 37% de los parados de larga duración son cabeza de familia, el 27% son cónyuge del cabeza de familia, y el 31% son hijos/as.
¿Cuántos cobran algún tipo de subsidio? Los datos de la EPA no permiten diferenciar por tipo de subsidio, y en consecuencia, no podemos conocer quién cobra subsidio contributivo o asistencial. Lo que podemos afirmar es que el 31% de los parados de larga duración cobra algún tipo de subsidio. Este porcentaje ha aumentado significativamente con respecto al de finales de 2007, año en el que solamente el 16% de los parados de larga duración cobraban algún tipo de subsidio. Sin duda, los subsidios asistenciales que el Gobierno ha otorgado en los últimos años a parados sin otros recursos son al menos en parte la causa de este incremento, pero la falta de datos no nos permite cuantificar este efecto.
Contacto con los Servicios Públicos de Empleo: Otro dato que me parece interesante es conocer, para aquellos que han contactado recientemente con los Servicios Públicos de Empleo (un 66% de los parados de larga duración) , la razón por la que han contactado. Este dato es relevante para ver hasta qué punto los Parados de Larga Duración acceden a los SPE para tratar de buscar trabajo o por haber recibido una oferta por parte de este servicio. Los datos revelan que el 61% de los parados contactaron con los SPE para inscribirse o renovar su inscripción en la oficina de empleo, el 30% contactaron para informarse de posibles trabajos, y sólo el 2% contactó por haber recibido una oferta de trabajo.
Para finalizar, se aportan algunos datos sobre los trabajos de los que estos trabajadores fueron despedidos. En particular,
¿En qué ocupaciones trabajaban estos trabajadores antes de ser despedidos? Si la crisis hubiera afectado a toda la economía por igual, entonces se debiera observar que la distribución de despidos por tipo de ocupación y la distribución del empleo por ocupaciones no difiere en exceso. Sin embargo, el siguiente gráfico muestra la gran disparidad existente.
En la categoría de Ocupaciones No Manuales Cualificadas se incluyen todos los Profesionales, Técnicos, así como empleados Administrativos (Grupos A-G de la Clasificación General de Ocupaciones, ver aquí la clasificación). En Ocupaciones No Manuales No cualificadas, se incluyen los servicios personales y de restauración, así como los dependientes de comercio (Grupos H y J). En Ocupaciones Manuales NO cualificadas se incluyen los trabajadores no cualificados en Servicios, así como los Peones (categorías S y T de la Clasificación), y finalmente entre las Ocupaciones Manuales Cualificadas, se incluye el resto (L, M, N, P y Q).
Lo interesante de este gráfico es que si bien el 45% del empleo está concentrado en ocupaciones NO manuales cualificadas, sólo el 18% de individuos que son hoy parados de larga duración fueron despedidos de estas ocupaciones. Por el contrario, casi el 40% de los que son hoy parados de larga duración fueron despedidos de ocupaciones manuales no cualificadas, que por otra parte sólo ocupan al 12,6% del total de empleados en nuestro país.
Lo interesante de este gráfico es que si bien el 45% del empleo está concentrado en ocupaciones NO manuales cualificadas, sólo el 18% de individuos que son hoy parados de larga duración fueron despedidos de estas ocupaciones. Por el contrario, casi el 40% de los que son hoy parados de larga duración fueron despedidos de ocupaciones manuales no cualificadas, que por otra parte sólo ocupan al 12,6% del total de empleados en nuestro país.
Estos datos deben hacer reflexionar sobre todo a los jóvenes que van a incorporarse al mercado de trabajo de la necesidad de adquirir formación para poder trabajar en ocupaciones en las cuales ni el riesgo de despido ni la dificultad de encontrar un empleo tras haber sido despedido sean muy altos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario