viernes, 4 de noviembre de 2011

Italia en el punto de mira de la crisis: la UE y el FMI tutelarán su economía


Grecia ya no es el único motivo de preocupación en la zona euro. Italia, con una deuda de más de 1,6 billones de euros y crecientes dificultades para acceder al crédito –con tipos de interés del 6,4%-, aparece como el siguiente eslabón débil de la cadena.
Para evitar un contagio a la tercera economía europea, y tranquilizar a los mercados, la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) van a colocar a Italia bajo control.
La decisión, adoptada de común acuerdo durante la cumbre del G-20 que se celebra en Cannes, ha sido aceptada por el primer ministro italiano, SilvioBerlusconi, pese a que Italia no va a recibir por el momento ninguna ayuda financiera internacional.
El FMI y la Comisión Europea enviarán, en consecuencia, cada tres meses a un equipo de expertos a Roma para supervisar el avance de las reformas comprometidas por Silvio Berlusconi en la cumbre de Bruselas del 26 y 27 de octubre, en particular las reformas de las pensiones y del mercado de trabajo, y el programa de privatizaciones.
El control no es tanto sobre el contenido de las medidas, como de su efectiva puesta en práctica.
El presidente francés, Nicolas Sarkozy –presidente de turno del G-20-, había expresado ya el jueves su "total confianza en la economía italiana", eludiendo cualquier apoyo personal al primer ministro italiano, lo que contrasta con sus elogios –reiterados durante la cumbre- a la responsabilidad del Gobierno español y la oposición del Partido Popular.
Los países de la zona euro, capitaneados por Sarkozy y por la canciller alemana, Angela Merkel, acordaron en las horas previas al inicio de la cumbre del G-20 acelerar las medidas decididas en Bruselas, y en particular la ampliación de la dotación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF) –que debe pasar de 440.000 millones de euros a un billón-, con el fin de evitar que la crisis abierta en Grecia por el anuncio del controvertido referéndum no se extendiera a otros países, como Italia o España. Y tranquilizar, así, a la comunidad internacional.
El resto de países del G-20, sin embargo, decidieron intervenir activamente en la resolución de la crisis europea, que a la larga amenaza con arrastrar a todo el mundo a una nueva recesión económica.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, ya había expresado nada más llegar a Cannes que la crisis de la zona euro era el principal problema que debía abordar la cumbre del G-20.
El problema no era ya Grecia –que sólo representa el 2% del PIB de la UE-, sino la extensión de la crisis a otros países. "Necesitamos construir un cinturón de protección y el FMI debe tener un papel de apoyo importante", explicó.
Tras la cena oficial del jueves, el presidente norteamericano se reunió durante una hora con todos los dirigentes europeos presentes en Cannes para abordar la situación de la zona euro.
En la reunión participaron Nicolas Sarkozy, Angela Merkel, Silvio Berlusconi; el presidente del Gobiero español, José Luis Rodríguez Zapatero, y los presidentes del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, y de la Comisión Eurpoea, José Manuel Durao Barroso.
Para que este "cortafuegos" funcione, el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera será reforzado desde el exterior. Francia hubiera querido asociar al Banco Central Europeo (BCE), pero como siempre que se pretende ampliar el papel del banco dirigido ahora por el italiano Mario Draghi ha topado con la hostilidad de Alemania y del propio BCE.
Debido a esto, una de las ideas que se ha avanzado es movilizar los fondos de que disponen los propios países europeos en el FMI, una solución que tiene el favor de Estados Unidos y los países emergentes.
"Para que el plan global de Europa tenga éxito, Europa tiene que estar en el centro. Tiene que movilizar los recursos muy sustanciales de que dispone y demostrar la voluntad política que todos sus líderes han manifestado", afirmó al respecto la vicesecretaria de Estado norteamericana del Tesoro, Lael Brainard, desde Washington.
"Dicho esto, hay un papel para la comunidad internacional, y el FMI está mucho mejor dotado hoy que en 2009, cuando apoyamos la ampliación de sus recursos", añadió.

El G-20 finaliza con una nueva línea de crédito del FMI pero sin acuerdos concretos


Barcelona (Redacción y agencias).- Buenas intenciones y poca concreción. La cumbre del G-20 que ha finalizado este viernes en la localidad francesa deCannes, ensombrecida y monopolizada por la crisis europea, ha puesto su punto final sin que se hayan tomado medidas concretas. 
Las comparecencias de los principales líderes mundiales han llenado de palabras las indeterminadas conclusiones de la reunión internacional. Entre las principales ítems del encuentro destacan el fracaso del impuesto de transacciones financieras, que suma apoyos pero aún no es global, la apertura a la inclusión de nuevas divisas en la cesta del Fondo Monetario Internacional (FMI) y la futura creación de más empleo (entre 20 y 40 millones de nuevos trabajos) tras los acuerdos firmados por los países participantes. En este sentido, quizá los aspectos más concretos de la cumbre, son el respaldo a la creación de una nueva línea de crédito en el FMI dirigida a países con problemas puntuales de liquidez y la petición de reestructuración de los 29 mayores bancos del mundo. 
Transacciones financierasLa iniciativa para crear un impuesto a las transacciones financieras internacionales ha fracasado. El proyecto, que la presidencia de turno francesa del G-20 pretendió incorporar en la cumbre, aún se ve con recelo por países como Estados Unidos, que no figura en la lista de quienes les dan su apoyo. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha señalado que "algunos países están decididos" y ha dicho que apoyan a Francia en esa iniciativa la Comisión Europea, Alemania, España, Argentina, la Unión Africana, Etiopía, Sudáfrica, Brasil y las Naciones Unidas.
Nuevas divisasLos países reunidos en Cannes han decidido abrir la puerta a la inclusión de nuevas monedas en la cesta de divisas del FMI "en 2015 o antes", para aquellas que cumplan con los criterios exigidos para ello. "Acordamos que la composición de la cesta de los DEG (Derechos Especiales de Giro) debería continuar reflejando el papel de las divisas en el sistema comercial y financiero global", afirmaron los miembros del G20 en su comunicado final.
Creación de empleoEl FMI estima que el Plan de Acción por el Trabajo y el Empleo aprobado en Cannes permitirá, si se aplica en su totalidad, crear entre 20 y 40 millones de empleos en todo el mundo en los próximos cinco años. La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, ha valorado la importancia del plan, que requiere la puesta en marcha de medidas por parte de todos los países, y que, según dijo, permitirá también elevar el producto interior bruto mundial en un punto y medio desde ahora hasta el 2016.
Nueva línea de créditoLa creación de una nueva línea de crédito en el FMI dirigida a países con problemas puntuales de liquidez es quizá uno de los mayores logros de la cumbre.  Según un alto funcionario envuelto en las negociaciones del G-20, este nuevo instrumento, que se denominará "línea de liquidez precautoria", no está diseñado específicamente para países que se han visto afectados por la crisis de la deuda soberana europea, como Italia o España.
No obstante, el funcionario sí reconoció que el FMI propuso la creación de esta nueva facilidad de crédito a raíz de los problemas de liquidez detectados en Europa, e indicó que sería un instrumento apropiado, por ejemplo, para los países del este que no forman parte del euro.
Fuentes del Gobierno español apuntaron, a este respecto, que Europa ya cuenta con Fondo de Estabilidad Financiera (FEEF), que entre sus nuevos objetivos, tiene el de facilitar líneas de crédito preventivas a los países con problemas.
Sin límitesAsimismo, el G-20 ha querido cerrar la polémica sobre la aportación de nuevos fondos al FMIprometiéndole todos los "recursos necesarios" para desarrollar su labor, lo que se traduce, según Lagarde, en una autorización "sin límites". "Los miembros nos han dicho que harán todo lo posible para que el FMI esté totalmente equipado (de recursos) para actuar en casos de crisis", ha dicho Lagarde, con satisfacción, en rueda de prensa.
Restructuración bancariaLos miembros del G-20 quieren que los 29 mayores bancos del mundo refuercen su capital y se reestructuren para hacer más seguros sus negocios, según ha explicado la canciller alemana, Angela Merkel. Los bancos considerados relevantes para el sistema (G-SIFIs, por sus siglas en inglés) deben reestructurarse de forma que los contribuyentes no vuelven a tener que pagar más por sus pérdidas, apunta el comunicado final de la cumbre.
Las entidades listadas hoy por el Consejo de Seguridad Financiera (FBS) del G20 tendrán que someterse a un control adicional y a partir de 2016 les será exigido un mayor capital. Además, hasta finales de 2012 tendrán que cumplir con nuevos procedimientos a seguir en caso de encontrarse en dificultades financieras, es decir, si se hiciera necesaria su reestructuración ordenada. Entre los bancos considerados "demasiado grandes para caer", estarían el español Santander, los alemanes Deutsche Bank y Commerzbank, los fanceses BNP Paribas, Banque Populaire, Credit Agricole y Societe Generale, así como los suizos UBS y Credit Suisse y el holandés ING. La mayor parte de las instituciones citadas hoy se encuentran en Estados Unidos, como el Bank of America, Citigroup, Goldman Sachs, JP Morgan Chase, Morgan Stanley o Well Fargo.
Sin embargo, no todas entidades tendrán que somenterse a las nuevas reglas. La lista de bancos se actualizará cada mes de noviembre y sólo los bancos que sigan en ella en 2014 tendrán que afrontar los nuevos requerimientos de capital, que en realidad ya están incluidos en el acuerdo bancario de Basilea III.