En los pasillos del mando,
donde el poder tiene sed,
un correo cruzó el aire,
sin permiso ni por qué.
García Ortiz lo recibe,
y en su cuenta va a caer,
un mensaje que es ajeno,
¿por qué lo ha de tener?
De Ayuso el nombre resuena,
de su pareja también,
y entre juristas se mueven
los hilos del gran poder.
La fiscal Pilar lo envía,
sin cuidar lo que se ve,
la ley dicta lo contrario,
y aún así lo deja ser.
¿Es descuido o es mensaje,
que la norma no se ve?
Pues la justicia requiere
que el correo no se dé.
Cuando preguntan a Pilar,
la respuesta no se ve,
se acoge a su propio derecho,
y el silencio es su poder.
Corre el tiempo entre los jueces,
se busca aclarar el qué,
si un correo es un delito,
si el secreto ha de doler.
La ley siempre lo advertía,
en la norma se ha de ver:
nada de correos privados
si el público está a sus pies.
La justicia está en juego,
los correos ya se leen,
pero el ciudadano aún espera
que se cumpla el deber.
Hoy el Partido Popular reclama,
con firmeza y voz clara, la dimisión
del Fiscal General, en cuya mano
ven sombras que oscurecen la razón.
Álvaro García Ortiz, en el centro,
envuelto en controversias de poder,
por correos filtrados que al descubierto
sacan tramas que buscan socavar el deber.
El nombre del novio de Ayuso resuena,
y en la ley de amnistía el eco está,
decisiones que algunos condenan,
mientras otros defienden su verdad.
La Asociación de Fiscales exige su salida,
la imparcialidad, dicen, se perdió,
que su puesto mancha la justicia herida,
que la balanza ciega ya se quebró.
Pero hay voces que en su defensa claman,
sectores progresistas que en pie se alzan,
dicen que su dimisión sería llama
que enciende una fractura que no alcanza.
Entre fuerzas cruzadas, queda el destino
del que, en su silla, ve cómo el tiempo pasa,
en un juego de poder, tan fino,
donde la justicia se desgarra y enlaza.
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Este romance refuerza la crítica sobre la gestión de los correos filtrados, manteniendo un tono solemne y narrativo.
Se acentúa la intriga y el juego de poder dentro del sistema judicial, explorando las consecuencias de las acciones de García Ortiz y la fiscal Pilar Rodríguez con un enfoque más directo y fluido.