Generar confianza es muy difícil
con un escenario de caída del Producto Interior Bruto, de caída del empleo y de caída de la inversión. No somos uno de los países con más deuda pública de Europa, pero sí somos de los países con más sobreendeudamiento conjunto. Las familias, las
empresas y el sector público debemos el 300% del PIB, pero esto es
debido a que funcionamos
de forma racional.
Las malas decisiones de inversión de las familias, creo que están purgadas por ellas, al menos en un 90%, pues en gran medida se debe al sector inmobiliario y saben que lo comprado vale 50% menos y tienen que seguir pagando su hipoteca.
Las malas decisiones de inversión de las empresas, y por ende su endeudamiento, creo que están purgadas por ellas, ya que les ha venido una menor demanda y la que ha sobrevivido ha ajustado sus costes a la nueva producción y esta buscando, mas que nunca, meterse o incrementar la exportación, con el horizonte de sobrevivir y estar preparada para el nuevo ciclo económico.
Las malas decisiones de inversión de las empresas, y por ende su endeudamiento, creo que están purgadas por ellas, ya que les ha venido una menor demanda y la que ha sobrevivido ha ajustado sus costes a la nueva producción y esta buscando, mas que nunca, meterse o incrementar la exportación, con el horizonte de sobrevivir y estar preparada para el nuevo ciclo económico.
Las malas decisiones políticas en instituciones publicas y cajas de ahorro, las tendremos que pagar los ciudadanos. Si han malgastado el presupuesto de dos años pidiendo dinero a préstamo, lo tendremos que asumir y pagar; pero no debemos olvidar el pedir las responsabilidades y que la justicia diga en cada caso si hay malversación o abuso del poder encomendado por el pueblo. Lo que esta claro es que ninguno de ellos ha actuado así en su casa pues estarían arruinados, con lo cual las decisiones con riesgo las han adoptado con dinero que no es suyo. Este es el resultado de no tener una democracia y vivir en el engaño de que si la tenemos. Esto ha de acabar ya.
Rajoy sería el mejor Jefe de Gobierno, y prestaría un servicio impagable a la nación, si lograra hacer un gobierno de concentracion para restructurar España política y económicamente, de tal forma que el político sea libre, responsable de sus actos, (como cualquier administrador de sociedad), y sin ningún privilegio respecto a cualquier ciudadano; y el elector sea libre para elegir al que mas le guste. Económicamente debe lograr unas instituciones transparentes, equilibradas en ingresos y gastos y eficientes. El capital humano de España esta demostrado por nuestros deportistas, que se han hecho hueco con esfuerzo y trabajo; sus compañeros, sus quintos, su generación, son gente bien formada y con los mismos valores, les falta el puesto de trabajo para demostrar la misma capacidad, responsabilidad y saber hacer, No dejemos que emigren y den el producto en otro país. Los mayores son los que deben ocupar el paro y los jóvenes demostrar su valía. Esto no se puede lograr sin un consenso al menos de los dos principales partidos.
Por todo ello cuando hay miedo a la oscuridad hay que poner luz. Cuando se desconfia de lo que pueda encontrar en la casa la mejor formas de quitar esa desconfianza es dejar las puestas abiertas. Cuando no se cree a la persona por haber mentido antes, la mejor forma es hablar poco y demostración de las afirmaciones.
Por lo tanto para dejar las puertas abiertas de la casa, para arrojar luz sobre el estado economico de nuestras instituciones, para eliminar la desconfianza de las mentiras, yo propongo, como primer paso, que cada institución pública tenga una sola cuenta bancaria y esta sea totalmente transparente para la consulta por el ciudadano. También propongo que cualquier maquillaje sobre cualquier dato sea penado al responsable severamente, no puede haber ni una mentira mas ni una media verdad mas. El segundo paso es que el ciudadano debe tener acceso detallado a cada uno de los apuntes que en dicha cuenta se hace. Lo que queda escrito siempre se puede leer. Lo que es fácil de investigar se hace transparente. Lo transparente crea seguridad. La seguridad da estabilidad. La estabilidad crea negocio, empleo y riqueza.
Estamos en un
momento especialmente
relevante para la economía española,
puesto que nos encontramos en una situación muy delicada: nuestro crecimiento se ha contraído y, por tanto, como en las enfermedades, una recaída del PIB nos ha pillado con el cuerpo enormemente debilitado, pero ¿por qué
está tan debilitado?, pues porque:
1. tenemos cinco millones seiscientos mil parados,
2. tenemos desequilibrios muy importantes,
3. hay empresas que se encuentran en una situación complicada,
4. no hemos inspirado confianza,
y
esto, en definitiva, lo que puede provocar es un círculo vicioso, puesto que la concreción de esa falta de confianza se mide a través de la prima de riesgo que, en este momento, es uno de los actores más desgraciadamente emblemático y conocido de la
historia de España reciente.
A mi juicio, la
colaboración público-privada es cada vez más importante para resolver la mayor parte de los problemas de la economía española:
la sanidad, la educación, etc., pero, por encima de todo, la transparencia. Uno de los problemas fundamentales que sufre la
economía española es una falta de confianza que, en gran medida, se debe a que no siempre se ha dicho suficientemente la verdad, y yo sí que creo que la verdad inspira confianza.
Las preguntas que
nos seguimos haciendo todos es ¿pero qué
nos está
ocurriendo?, ¿por
qué
en este momento España sigue teniendo una
prima de riesgo tan elevada en contra de los que
algunos preveíamos inicialmente? En este momento
uno de los factores determinantes de
nuestra prima de riesgo es la situación de incertidumbre que se ha creado en la zona Euro, a partir de la posibilidad de la salida de
Grecia de la misma, porque puede generar un efecto contagio ante una situación difícil de las economías europeas.
En esa prima-riesgo no se puede explicar que haya solo un componente
de solvencia porque, entre otras cosas,
España lleva mucho tiempo afortunadamente sin default; por tanto, se está ya valorando un cierto riesgo cambiario por una posibilidad muy remota, pero que al que abrirse la caja de los truenos pueda surgir cualquier problema, fundamentalmente para los llamados países PIGS (Portugal, Italia, Irlanda,
Grecia y España), que tenemos problemas parecidos:
fuertes desequilibrios y, salvo
Irlanda, falta de competitividad.
Hay que
trabajar muchísimo
en superar la desconfianza en las cuentas públicas, porque, como se afirmó anteriormente, "la verdad inspira confianza"; necesitamos situar la verdad como punto de partida de
las cuentas públicas
españolas.
También
nos tiene que preocupar que la recaudación solamente responde al crecimiento, al aumento de la base recaudatoria, y no a la subida de
impuestos. Teniendo en cuenta que existen dudas al respecto de lo que va a ocurrir con las cuentas públicas, lo único que se garantiza
es el ajuste vía gasto.
Otro factor de
incertidumbre es el sistema
financiero español:
la viabilidad del mismo.
Tenemos algunos de los mejores bancos
del mundo; en la banca minorista tradicionalmente
hemos sido excelentes, los
mejores, pero tenemos grandes problemas en muchas entidades, y en algunas especialmente agravados: una excesiva exposición de riesgo inmobiliario, valoración de activos -asunto que creo que, en gran medida, ya se está resolviendo e incluso que ha habido una supervaloración- pero ahí es donde, nuevamente, debe jugar un papel esencial la colaboración público-privada.
Generar confianza es muy difícil con un escenario de caída del Producto Interior Bruto, de caída del empleo y de caída de la inversión; por tanto, la pregunta es ¿hasta cuándo? Este es otro elemento adicional de desconfianza.
No somos uno de los
países
con más
deuda pública de Europa, pero sí somos
de los países con más sobreendeudamiento conjunto. Las familias, las empresas y el sector público
debemos el 300% del PIB, pero
esto es debido a que funcionamos de forma racional. Europa llevó a cabo una política
excesivamente expansiva, desde el
punto de vista monetario, a partir del año 2000. Durante cuatro años vivimos con tipos de interés reales negativos, con lo que creamos tres
problemas:
1. Sobreendeudamiento: si te regalan el dinero,
lo irracional es no cogerlo; por tanto, 300% del PIB.
2. para obtener algo más de rentabilidad en tus ahorros tienes que asumir un riesgo asimétrico
mucho mayor.
3. las entidades financieras, para obtener resultados parecidos, tienen que mover mucho más
volumen y el riesgo marginal
de cada operación
adicional, en negativo, es
creciente.
Además, desde hace ya diez años España no ahorra, tenemos que acudir al exterior, con una deuda exterior del 100% del PIB, y por encima del 90% es muy difícil de sostener.
Por tanto, tenemos
diferentes factores de
riesgo: exógenos,
endógenos
y mixtos, que nos llevan a esa falta de confianza
y que se manifiesta en la altísima prima-riesgo que no solo entorpece la financiación del sector público sino también de la economía privada.
La Ley de
Estabilidad Presupuestaria debe
ser un factor determinante que comunique transparencia, lo que abre una gran oportunidad de futuro. Para poner en marcha esta Ley, la
colaboración pública-privada debe permitir
establecer una serie de mecanismos
de alerta temprana para que dé tiempo a reaccionar.
Por otra parte,
deben culminarse varias reformas: financiera,
energética, de la
justicia, hacer eficiente al
sector público
y tomar una serie de medidas de
política
económica para mejorar el potencial de crecimiento, como es la reforma laboral,
la unidad de mercado, la liberalización de los servicios, etc.
(Y la reforma
más importante avanzar hacia la libertad. Partidos realmente democráticos,
Políticos independientes luchando por la justicia sin ningún tipo de miedo. Fin
de la disciplina de voto. Listas abiertas en las elecciones. Responsabilidad de
los políticos. Poder judicial independiente votado por el pueblo, bien dotado
de medios e investigando de oficio los posibles delitos)
Desde hace muchos
años venimos demandando la reforma de la sanidad y de la educación, y la supresión de duplicidades en las Administraciones. Para ello es fundamental
la colaboración público-privada. Hay que ser muy
selectivo con las inversiones públicas y realizar las necesarias.
Esta colaboración público-privada que cree, genere e impulse la necesaria transparencia,
puede venir de la mano de los auditores revisando todas las empresas públicas o entes públicos, ya que es fundamental la profesionalidad
y la independencia y, sin duda, este colectivo cumple estos requisitos.
No quiero terminar
este artículo
sin hacer una referencia al papel que los economistas pueden y deben jugar en la salida de esta
crisis. A Keynes, que estuvo en España en 1931, en una conferencia que dio en la Residencia de Estudiantes, le sorprendió que no hubiera estudios específicos de economía y que eso explicaba los arbitrismos que se estaban llevando a cabo en ese momento en España. Una vez introducidos los estudios, los economistas jugamos un papel fundamental cambiando el
rumbo, apostando por la apertura
que fue el Plan de Estabilización, los Pactos de la
Moncloa, en los que se trataba de salvar la
democracia, la integración en Europa y en el euro, etc. Creo, en definitiva, que es el momento de dar la cara inspirando
profesionalidad y transparencia a toda la
sociedad.
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