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sábado, 5 de febrero de 2011

¿Se puede estar cocinando esta fusión? BBVA con la SIP de Caja Madrid y Bancaja; con Rodrigo Rato, más joven que Fancisco Gonzalez, presidiendo la operación

FG desafía al Gobierno con las espaldas cubiertas por Aznar y Mariano Rajoy

Botín pone las cosas en su sitio con Ángela Merkel en España

Francisco González, presidente de BBVAAlberto Valverde.– Ha tenido que venir Emilio Botín para poner las cosas en su sitio. Y eso que el presidente del Santander siempre se distingue por poner dos velas, una al Gobierno de turno y otra a la oposición, especialmente cuando ésta se acerca con posibilidades de éxito al Poder. Pero esta vez el banquero cántabro ha actuado con coraje y cordura, al asegurar, contrariamente a su cada vez más lejano competidor, que las cosas no están como para irse en denigrante viaje al FMI y a la UE a suplicar un crédito preventivo para así poder abaratar las emisiones del sector privado. Para el presidente del primer grupo bancario del país (y tercero mundial, por beneficios, el doble que los del BBVA), la financiación continuará resultando cara en 2011, pero lo será más para algunos que para otros.
Una réplica en toda regla a Francisco González, que el día anterior, al presentar los resultados del BBVA, nos alarmaba a todos apuntándose a remedios extraordinarios y no exentos de catastrofismo para España. Obviamente, las cosas están mal (e incluso pueden ir peor) pero primero hay que ensayar todas aquellas fórmulas que eviten caer en situaciones calamitosas, como las que pueden estar pasando en Grecia e Irlanda y quizá muy pronto en Portugal.
Porque hay que ser un osado o un ingenuo para, en vísperas de la visita de Ángela Merkel a España y desde la silla presidencial de un banco de proyección internacional como el BBVA, demandar al Gobierno de turno que reclame un crédito del FMI o de la UE para resolver el agobio que supone para España la financiación de su gigantesca deuda pública. Pero como FG suele destacar más por su colmillo retorcido que por su indulgencia, habrá que pensar que ni lo uno ni lo otro. Lo más probable es que, con las encuestas anticipando un descalabro del PSOE en las autonómicas próximas y en las generales del 2012, Fransciso González juegue descaradamente a futuro, tratando de unirse a las fuerzas políticas con las que más se siente a gusto. Es decir, con las que le colocaron, contranatura, en la presidencia del otrora primer banco del país -es decir, José María Aznar y compañía- y que no se cansan de decir fuera del territorio nacional que España ya se encuentra bajo supervisión del FMI.
No es de recibo que el presidente del segundo banco de España, con ciertos problemas en algunas parcelas de su otrora siempre inmaculado balance, juege en público con la sagrada solvencia de España. Y menos en la víspera de la llegada a Madrid de la cancilelr alemana Ángela Merkel, que esa si que podría decir algo por atesorar en su sistema financiero la mayor parte de la deuda española. Pero Francisco González, incluso cuando vendía ordenadores o jugaba al descubierto en la desaparecida Bolsa de agentes y baranderilleros, sabe lo que se hace. Y se siente seguro y bien arropado por los políticos que le colocaron donde está y muy resguardado frente a imprevisibles penalizaciones por parte de los que lo intentaron pero no supieron descabalgarle del últimos aledaños de la torre de Azca donde se encuentra atrincherado desde entonces.
Al margen de conspiraciones y supuestas operaciones de espionaje laboral, especialmente a profesionales de la pluma, lo que bien conoce FG es el actual aislamiento de Miguel Ángel Fernández Ordoñez al frente del Banco de España y de la rabia contenida de Elena Salgado en el Ministerio de Economía, con un Zapatero más pendiente de lo que dirá de él la Historia que de sacar pecho en defensa de los intereses a largo plazo de España, diga lo que diga en ignoradas entrevistas de televisión. Por ello, nadie se va atrever a poner coto a su osadía pública ni castigarle por lo que diga o por el balance que presente, habida cuenta de la corta espera que queda hasta las próximas elecciones. Y asi se explica que proclame en rueda de prensa y con los analistas internacionales presentes que lo que el Gobierno de España tiene que hacer es ponerse en manos del FMI y de la UE, soliictando créditos extraordinarios que todavia ni siquiera se han instrumentado dentro de la UE. Y de paso poner más limitaciones a las pensiones de los curritos y de los parados ya que, a su juicio -y aunque en algo pueda tener razón-, el acuerdo social alcanzado entre Gobierno, partidos (con excepción del PP) y sindicatos sea insuficiente.
Y todo, ¿para qué? Pues hablando demagógicamente para que a su banco le salga más barata la financiación y pueda así aumentar, sin un ápice de vergüenza torera, los dos dígitos en que han crecido los beneficios del BBVA mientras aumentan las cifras el paro o sus abogados libran batallas judiciales insostenibles desde el punto de vista moral para dejar en la calle y sin ahorros a los hipotecados que tan alegremente su banco financió hace menos de cinco años. Sería más loable que el presidente del segundo banco español se autolimite sus remuneraciones ordinarias e incluso reduzca su retiro blindado y multimillonario (más de 100 millones de euros se llevará a casa cuando deje la presidencia) y permita que sus sufridas sucursales se liberen de unos penosos objetivos imposibles de cumplir en los tiempos de crisis que corren.
Claro está que FG se piensa ir a su retiro dorado en apenas poco más de dos años. Ya lo verán. Pero lo hará con otra gran operación que permitirá esconder las miserias propias y seguramente las ajenas. No se crean lo del Sabadell, que no tiene lógica alguna, como no sea la de salvar el cuello a los directivos del banco catalán, cuyos errores a su vez también se tendrán que pagar. Miren dentro de Madrid, en la propia Castellana. ¿O es que no tendría lógica la gran fusión, madre de todas las fusiones, que todos los expertos reclaman? No, no es la del Santander y BBVA, que tampoco sería una absurdidad. Hablamos de la del BBVA con la SIP de Caja Madrid y Bancaja. Un salto cualitativo de órdago hacia el primer puesto de todo. Y con Rodrigo Rato, más joven que FG presidiendo la operación para poder asi desbancar a un Emilio Botín que al menos se ha ganado el trono del liderazgo a pulso y arrimando a su lado a toda la materia grisis bancaria que ha producido este país en los últimos 30 años. Así se hizo la fusión forzada BBVA-Argentaria poco después que Aznar llegara a Moncloa en 1996 y así se volverá a intentar cuando de nuevo aterrice el PP. ¿Será Rajoy el que la impedirá? Evidentemente, tampoco Aznar.

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