Lunes, 24 de octubre del 2011 - 12:18h.
POR OLGA GRAU
El segundo rescate de Grecia, en el punto de mira
Grecia, un país que apenas representa el 2% del PIB europeo, ha situado a Europa al borde de la mayor crisis desde la creación del euro. El país heleno, cuya deuda rebasa el 200% de su economía, ya obtuvo un primer plan de rescate en el 2010 y un segundo, que se discute ahora. El país no crece ni logra cuadrar sus números, por lo tanto, ya existe consenso sobre la necesidad de realizar una quita de la deuda del 60%. Los bancos con un mayor volumen de deuda griega son, a parte de los del propio país, Francia (53.000 millones) y Alemania (36.800 millones). El hecho de que una parte de la deuda soberana de un país de la zona euro no se vaya a devolver es la causa de las turbulencias financieras. Las dudas se han extendido A España e Italia. Hasta ahora, la deuda soberana era el activo más seguro del mercado. La Cumbre ayer debía de servir para resolver el segundo rescate griego. Pero se nuevo se ha pospuesto la solución. Esta vez hasta la Cumbre del miércoles.
Una recapitalización suave: 100.000 millones
Los bancos europeos han comprando cantidades importantes de deuda soberana (bonos) de países de la zona euro. Por culpa de la crisis griega, los mercados de deuda de Irlanda, Grecia, Portugal, España e Italia se han tambaleado en el último año. Actualmente, el único mercado de deuda que los inversores consideran seguro es el alemán. Por eso, cada vez piden más intereses a los países por comprar sus bonos. Bruselas quiere que los bancos guarden más dinero en la caja. Para estar preparados ante eventuales problemas con la deuda soberana y por si tienen activos tóxicos en su balance. Además, existe un problema de liquidez. Nadie se fía de nadie y el dinero no fluye. Por ahora, se ha pactado que el capital que tienen que guardar en la caja los bancos sea del 9%, lo que obligará a una recapitalización de 100.000 millones. Esto obligará en España a que Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank y Popular tengan que ampliar capital. ¿Quién prestará dinero en estas circunstancias?
Cómo obtener recursos para frenar la especulación
El fondo europeo de rescate está dotado de 440.000 millones de euros. Esta cifra parece muy elevada sobre el papel, pero ha resultado insuficiente para frenar el contagio de la crisis griega. Grecia, Portugal e Irlanda son los tres países de la zona euro que han recurrido a la ayuda financiera de la Unión Europea. Sin embargo, las dudas de los inversores se han extendido a economías como la española o la italiana. El fondo no tiene facultades para poder comprar deuda de estos dos países y frenar la especulación. Ahora mismo, tan sólo la deuda alemana está considerada segura. El BCE de forma excepcional está actuando en los mercados y cuando los especuladores atacan la deuda española o italiana, el BCE responde comprando títulos. Pero es necesario crear un mecanismo estable que permita intervenir en los mercados. Alemania se impuso ayer sobre Francia a última hora. El fondo no tendrá fondos ilimitados ni ficha bancaria como quería Sarkozy. Falta ver la letra pequeña.
Grecia, un país que apenas representa el 2% del PIB europeo, ha situado a Europa al borde de la mayor crisis desde la creación del euro. El país heleno, cuya deuda rebasa el 200% de su economía, ya obtuvo un primer plan de rescate en el 2010 y un segundo, que se discute ahora. El país no crece ni logra cuadrar sus números, por lo tanto, ya existe consenso sobre la necesidad de realizar una quita de la deuda del 60%. Los bancos con un mayor volumen de deuda griega son, a parte de los del propio país, Francia (53.000 millones) y Alemania (36.800 millones). El hecho de que una parte de la deuda soberana de un país de la zona euro no se vaya a devolver es la causa de las turbulencias financieras. Las dudas se han extendido A España e Italia. Hasta ahora, la deuda soberana era el activo más seguro del mercado. La Cumbre ayer debía de servir para resolver el segundo rescate griego. Pero se nuevo se ha pospuesto la solución. Esta vez hasta la Cumbre del miércoles.
Una recapitalización suave: 100.000 millones
Los bancos europeos han comprando cantidades importantes de deuda soberana (bonos) de países de la zona euro. Por culpa de la crisis griega, los mercados de deuda de Irlanda, Grecia, Portugal, España e Italia se han tambaleado en el último año. Actualmente, el único mercado de deuda que los inversores consideran seguro es el alemán. Por eso, cada vez piden más intereses a los países por comprar sus bonos. Bruselas quiere que los bancos guarden más dinero en la caja. Para estar preparados ante eventuales problemas con la deuda soberana y por si tienen activos tóxicos en su balance. Además, existe un problema de liquidez. Nadie se fía de nadie y el dinero no fluye. Por ahora, se ha pactado que el capital que tienen que guardar en la caja los bancos sea del 9%, lo que obligará a una recapitalización de 100.000 millones. Esto obligará en España a que Santander, BBVA, Bankia, CaixaBank y Popular tengan que ampliar capital. ¿Quién prestará dinero en estas circunstancias?
Cómo obtener recursos para frenar la especulación
El fondo europeo de rescate está dotado de 440.000 millones de euros. Esta cifra parece muy elevada sobre el papel, pero ha resultado insuficiente para frenar el contagio de la crisis griega. Grecia, Portugal e Irlanda son los tres países de la zona euro que han recurrido a la ayuda financiera de la Unión Europea. Sin embargo, las dudas de los inversores se han extendido a economías como la española o la italiana. El fondo no tiene facultades para poder comprar deuda de estos dos países y frenar la especulación. Ahora mismo, tan sólo la deuda alemana está considerada segura. El BCE de forma excepcional está actuando en los mercados y cuando los especuladores atacan la deuda española o italiana, el BCE responde comprando títulos. Pero es necesario crear un mecanismo estable que permita intervenir en los mercados. Alemania se impuso ayer sobre Francia a última hora. El fondo no tendrá fondos ilimitados ni ficha bancaria como quería Sarkozy. Falta ver la letra pequeña.
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