Presidente, << no hay nada reprochable>>
No ya el juez instructor,
ni Peinado su rigor,
sino tres jueces de ley,
en la Audiencia de Madrid,
deciden dar paso firme,
investigación debe seguir.
Gómez, con su ambición,
planeaba con devoción,
un proyecto de negocios;
con Pedro cuán cabrón,
es inmejorable su ocasión.
Cátedra extraordinaria,
en la Complutense planteó,
y tras charlas en Moncloa,
por la cara y a medida,
sin licenciatura, y aun asi,
su puesto consolidó.
Primero fue Telefónica,
luego Indra, Google entró,
empresas grandes donaron,
software que Gómez pidió.
No era cosa de negocios,
se decía en su canción,
pero al nombre de la marca,
Gómez su firma estampó.
La plataforma fue suya,
así lo hizo constar,
mientras la Complutense,
sin saberlo quedó atrás.
El registro personal,
en la oficina oficial,
fue sorpresa en la Universidad,
sin su consentimiento tal.
Doadrio ya lo advirtió,
el dinero es público,
aquí, deberías, buena Gómez,
registrarlo con la Complutense,
más ella no lo entendió,
o su rumbo desvió.
Correos cruzados van,
que la historia aclararían,
pero la Universidad,
todo esto desmentía.
“No hay permiso otorgado,
lo tienes que ceder,
la obra es de la Complutense,
y no te puedes enriquecer.”
En dos mil veintitrés,
la plataforma avanzó,
contratos reglas saltando,
con proveedor de Google,
y nadie lo notó.
En el Registro Mercantil,
ya su empresa registró,
su nombre propio grabó.
Transforma TSC,
un negocio proyectó,
y con la Cámara de Comercio,
la plataforma lanzó.
Para pymes será gratuita,
así ella lo declaró,
pero para las grandes empresas,
un cobro se insinuó.
Todo marchaba perfecto,
el plan bien diseñado,
la cátedra como trampolín,
Bego se alzaba cuan alado;
Confidencial edita su folletín.
El escándalo estalla,
a la ciudadania española,
carta de amor Pedro entrega.
Sanchez cinco dias de clausura,
dice que dejarlo se plantea,
o medir apoyos PSOE, cuan secta.
Le llegan las lloreras,
las súplicas,
el "PUTO AMO", resuena,
y como salida al Rey usa;
sus sueños truncados quedan,
la Complutense clausura,
la cátedra y sus ideas.
La plataforma, el poder,
el futuro en confusión,
entre la ley y el dinero,
se consume la ambición.
Sea archivo o condena,
ya un hecho se presenta,
la Complutense retira,
la cátedra que ahora revienta.
Si todo fue irreprochable,
¿por qué cerrar su misión?
Gómez lo pidió hasta el 2028,
pero solo encontró negación.
Así queda el romance,
de la cátedra y el poder,
una historia que refleja:
-A la prensa y su actividad.
-A Bego y su ambición.
-A Pedro y su amor.
-Y a la Justicia y su obligación.
Begoña, la ambición,
de momento,
te cuesta acusación:
malversación,
apropiación indebida,
administración desleal,
intrusismo profesional,
tráfico de influencias,
corrupción en los negocios.
Y a la institución,
contaminación.
¿Estas sucio, Presidente?
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