El político si miente, a esparragar.
En un país donde el voto es sagrado,
donde el pueblo decide su destino,
los políticos prometen con encanto,
mas la verdad a veces es un desatino.
Nos hablan de promesas grandiosas,
de cambios profundos y mejoras mil,
pero en el poder, las palabras son borrosas,
y la realidad no siempre sigue ese perfil.
El electorado merece transparencia,
la honestidad como norte y guía,
no más engaños ni falsa apariencia,
sino líderes que cumplan día tras día.
Si los políticos mienten sin cesar,
si sus palabras solo son humo en el aire,
entonces el pueblo debe despertar,
y alzar la voz, no hay más que esperar.
No dejemos que la verdad se desvanezca,
que las mentiras se vuelvan la norma,
el electorado merece una vida fresca,
donde los políticos sean fieles a su forma.
Busquemos líderes con convicción,
que honren la confianza que se les otorga,
que escuchen al pueblo sin distorsión,
y construyan un futuro de gran envergadura.
El electorado tiene el poder en su mano,
de elegir y de exigir verdadera integridad,
no permitamos que los políticos se deshumanicen,
porque es el pueblo quien merece prosperidad.
La verdad debe ser el faro que nos guíe,
en la senda de una nación justa y libre,
y si los políticos traicionan y defraudan,
juntos, a esparragar los debemos mandar.
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