miércoles, 8 de junio de 2011

La crisis es el engaño y a Zparo no le ha crecido la nariz

El triunfo de la mentira, de los silencios rentables, de los trajes sin factura, de los EREs sin trabajadores, de los créditos sin garantías, de las hipotecas estadounidenses a los homeless. El engaño de creerse rico, de pensar que me han dado mucho por mi piso para endeudarme muchísimo para comprar otro aún más caro. ¿Rico?
Los políticos no se cansan de engañar y ahora se llevan sus miserias en bolsas de plástico por la puerta de atrás. Empleados públicos pagados por todos, privilegiados por todos que no nos dicen lo que deben y que solo buscan engañarnos. Lo peor es que casi todos nosotros pedimos que nos engañen. Servicios sociales de país de ricos, ley de Dependencia con salarios incluidos por cuidar a la yaya y ahora, claro, que si el gasto es mucho mayor al previsto y el agujero no aguanta más maquillaje.
País mediano y medio rico, exportando los trenes más veloces del mundo que irán a zonas deshabitadas y con los túneles para coches más largos y profundos. También legión de amiguetes para que me aplaudan y voten junto con familiares y allegados. Embajadas del nacionalismo para vender más a una parroquia atónita que en los países donde se instala. Engaño de la riqueza.
Ayer se conocía, tal vez junto con los EREs de Andalucía uno de los engaños más estructurados. Tal como decía la mitología, en el reino de Hades la muerte no es total, sobre todo si la familia (unas 4.500, de momento) cobraban la pensión de la papá o la mamá funcionaria. Y para que no todo toque al sur, los admirados alemanes se inventan (engañan) con pepinos y brotes la falta de higiene de su cadena alimentaria y sus estrictísimos controles.
El sistema financiero no ha hecho otra cosa que engañar. Engañar a los clientes diciéndoles que su casa valía más de la realidad y también dándoles más dinero que el que su sueldo podía aguantar. Mentirijillas entre colegas sobre cómo crece la inversión crediticia: ¡Oh, las cajas han llegado a ser la mitad del mercado financiero! Puede que acaben siendo mitad de cuarto.
Ilusiones de la sofisticada ingeniería financiera por la que el riesgo se iba diluyendo entre tantos que nadie se quedaba con el riesgo. Otro engaño que permitía dar créditos a insolventes porque al final se convertían en bonos que acaban en el éter, esa especie de materia oscura que inventaron los griegos muy parecida a la del engaño de los actuales científicos que explican todo y nada a la vez.
También los bancos centrales se engañaron y nos engañaron. La estrategia del recordado Greenspan consistía en bajar los tipos en cuanto se atisbaba cualquier problema. Parches y más parches, engaños para no enfrentarse a otros desequilibrios. Gasolina para la economía que acabó estallando. Mas sencilla explicación de la crisis, de acuerdo con los acontecimientos que vamos conociendo día a día, no la hay. ¿O tal vez me engaño o les engaño?

El cliente paga la crisis de la banca: las comisiones suben hasta un 82% en seis años

La caída de los márgenes de beneficio tradicionales, como es la captación y el préstamo de dinero en un difícil entorno financiero y económico unida a las pérdidas por el negocio inmobiliario han provocado la merma en los ingresos de la banca. Las entidades han sufrido mucho durante la crisis y tras la época del dinero fácil y de los créditos casi regalados, ha decidido abrocharse el cinturón… en la cintura de sus clientes.
Así, las comisiones han aumentado sus importes de manera exponencial. Las cuotas anuales de lastarjetas de débito y crédito han crecido un 82,6% y un 62,3% en los últimos cinco años. El mantenimiento de las cuentas corrientes y de ahorro han subido algo menos (36,6% y 38,6%), pero en cualquier caso, mucho menos que la inflación. El IPC solamente ha subido el 16,6% en ese período.
Tratándose de cuotas fijas, la subida del IPC podría justificar en parte este brutal incremento. Pero no se disculpa en ningún caso en las comisiones que cobran un porcentaje sobre el montante de las operaciones.
Es el caso de la retirada de efectivo en los cajeros. El caso más llamativo es el de sacar dinero de un cajero de la propia red, donde la comisión se ha más que duplicado al pasar del 0,5% en 2005 al actual 1,11%. El resto de gastos en operaciones en cajeros sube de forma más discreta con incrementos que van del 4,8% al 18,2%.
En las cuentas corrientes y de ahorro también aumenta el porcentaje a pagar sobre descubiertos, que se eleva del 2,7% al 4,11%, un repunte del 52,2%. El mínimo que se cobra de descubierto crece de los 7,06 euros en 2005 a los 12,19 euros de la actualidad.
La caída de actividad crediticia y los bajos tipos de interés no han arredrado a la banca. El importe de las comisiones en los créditos hipotecarios se ha encarecido un 82,6% (hasta el 0,84% del crédito concedido) en el caso de la de estudio; un 13,1% (hasta el 2,76%) en la de apertura; un 7,5% (hasta el 4,02%) en la de cancelación anticipada y un 26,1% en la de subrogación.
También son mayores los gastos al iniciar los créditos al consumo. La comisión de estudio es un 50% más cara que hace cinco años. Únicamente la comisión por cancelación anticipada permanece inalterada en el 2,86%.
El resto de comisiones bancarias también han vivido un crecimiento desorbitado. Los gastos por transferencia suben entre el 17,2% y el 54,5%. Los de cheques se elevan hasta un 41,4% (aunque las cantidades mínimas suben más, hasta el 62,1%). Y las comisiones por cambio de divisa crecen hasta un 54,1%.

La morosidad pública y el crédito a cuentagotas estrangulan a las pymes españolas.

Buscan fuentes de financiación en sus directivos, trabajadores y en otras empresas
Esther García López.- El desempleo, que se cifró en mayo en 4,19 millones de personas, se ha convertido en el principal problema de los españoles, como recogen, mes a mes, las encuestas del  CIS. Entre las causas que ha llevado a la tasa de desempleo a rozar el 21% destaca la falta de liquidez de las empresas producida por sus dificultades en acceder a créditos y por el retraso de las administraciones en pagarles una deuda que supera los 39 millones de euros.
Las pymes constituyen el 94% del tejido empresarial español y ofrecen el 80% de los puestos de trabajo en nuestro país, por ello su crecimiento repercute en el aumento del empleo y en la reducción del paro. Pero crecer en tiempos de crisis es tarea de héroes y más cuando los bancos y las cajas de ahorros les cortan el grifo de la financiación a corto y largo plazo. Aunque las empresas obtengan beneficios, muchas necesitan financiación a corto para pagar a proveedores, trabajadores, alquileres, materias primas… y la imposibilidad de acceder a ella puede impedirles sostener su actividad y llevarles a la suspensión de pagos, al cierre de sus empresas y al despido de sus empleados. También la imposibilidad de acceder a créditos a largo plazo les castra sus proyectos de inversión y su capacidad de crecimiento.
Según la primera Encuesta sobre Acceso a Financiación de las Empresas 2010, publicada por el Instituto Nacional de Estadística, el año pasado, el 38% de las empresas necesitó financiación de la banca y un 25,2 % de ellas fracasó en el intento. La encuesta también pone de manifiesto que el porcentaje de empresas que pidió financiación en 2010 subió sólo 1,7 puntos, respecto a 2007, mientras que el de las firmas que no lograron dinero aumentó en 15,4 puntos.
Siguiendo su instinto de supervivencia y ante la negativa de bancos y cajas a concederles créditos, las pymes están acudiendo con más asiduidad a otras fuentes de financiación como la de los propietarios y directivos de la empresa, que subió del 13,6% en 2007 al 21,6% en 20110, la de otras empresas, que fue del 6,8% en 2007 al 12,4% en 2010, y la de los empleados (del 4,7% al 9,4%).
Muy significativas son las razones esgrimidas por bancos y cajas para denegar el préstamo a las pymes, entre ellas alegan garantías insuficientes o baja calificación de la solvencia y en muchos casos se limitan a no dar ningún motivo. Pero la causa que ha llevado a los bancos, en apenas cuatro años, de dar créditos sin cortapisas a darlos a cuentagotas tiene sus orígenes en las crecientes exigencias de capital a la banca, tras el incremento de la morosidad y la acumulación en los balances de activos devaluados y de difícil salida generados por la crisis.
MOROSIDAD PÚBLICA
A esta falta de financiación que estrangula a los empresarios se suma la morosidad en el pago por parte de las administraciones públicas. Impagos que han sido responsables de la desaparición de 225.000 empresas en España desde 2008. Según Jesús Terciado, presidente de CEPYME, algunas administraciones locales y autonómicas están pagando con retrasos que alcanzan los 500 días.
La deuda pública alcanza los 639.767 millones de euros y no deja de subir, por ello los representantes de la patronal piden al Gobierno que haga cumplir cuanto antes los plazos de pago que marca la Ley de Morosidad  para reactivar la liquidez, especialmente para las pymes. En 2011, el plazo medio de pago (acordado más retrasos) en España duplica al europeo, ha pasado de 103 días en 2010 a 106 en 2011, una cifra que en Europa se sitúa en 53 días en 2011, frente a los 52 de 2010.

Si los bancos y cajas han reducido el crédito a las empresas también lo han hecho a los consumidores. En el primer cuatrimestre del año las entidades financieras españolas concedieron un total de 4.681 millones de euros en nuevos créditos al consumo, lo que supone un descenso del 54,7% con respecto a los 10.336 millones del mismo periodo de 2010. Esta negativa de créditos a particulares también afecta a las pymes, ya que impide a los consumidores comprar, con el consiguiente descenso de las ventas de las pymes.
Este panorama hace indicar que hasta que la reestructuración del sistema financiero español finalice y las entidades financieras solucionen sus problemas de liquidez no se restablecerán los flujos de financiación a empresas y particulares. Hasta que esto se produzca, Jesús Terciado, presidente de CEPYME, se muestra tajante: “quien deba dinero que lo pague y que las entidades financieras cumplan con su obligación, que es prestar dinero a quien lo necesita”.

 

La recuperación mundial sigue asentándose


SERVICIO DE ESTUDIOS DE 'LA CAIXA'
La economía global sigue avanzando a buen ritmo, aunque los últimos indicadores esbozan un escenario de suave moderación de cara al segundo trimestre. Las principales causas son el encarecimiento del petróleo, el seísmo japonés y el endurecimiento de las políticas monetarias en los países emergentes, que siguen sin conseguir alejar el espectro del sobrecalentamiento. La perspectiva de moderación ya ha sido acusada por los mercados de materias primas, en los que se ha corregido parte del rally iniciado a mediados del pasado año. En los mercados financieros destacan las nuevas turbulencias que afectan a la deuda soberana de la periferia de la eurozona, desatadas por la incertidumbre que rodea la situación de Grecia.
En Estados Unidos, el crecimiento del primer trimestre decepcionó al consenso con un avance del producto interior bruto (PIB) del 2,3% interanual, frente al 2,8% del cuarto trimestre de 2010. Este resultado lleva las previsiones de crecimiento para el conjunto de 2011 claramente por debajo del 3%. El menor dinamismo se explica por la caída de dos componentes relativamente volátiles como son el gasto público en defensa y la inversión en construcción. Sin embargo, el consumo privado mostró un buen tono, al crecer un apreciable 0,7%, pero dentro de una tónica de ralentización, que se ha visto corroborada por los resultados de las ventas minoristas de abril. En cambio, la buena marcha de los beneficios empresariales y el relativamente menor endeudamiento de las empresas no financieras ayudó a que la inversión en equipo siguiera mostrándose fuerte, con una aceleración en el primer trimestre que se concretó en un crecimiento del 3,9% intertrimestral. Por lo que se refiere al mercado de trabajo, la creación de empleo sigue siendo lenta con relación a recuperaciones anteriores, pero mantiene un ritmo apreciable.
En el apartado de precios continúa el repunte de la inflación, con un índice general de precios al consumo (IPC) que en abril subió un 3,2% interanual, cuando en enero era del 1,6%. Sin embargo, más de la mitad del repunte es atribuible al encarecimiento del petróleo que, por el momento, no se traslada a los otros sectores de la actividad económica. En este sentido, el IPC subyacente, que excluye los precios de energía y alimentación, subió un más moderado 1,3%, lastrado por la baja utilización de la capacidad productiva. Por este motivo, no prevemos cambios próximos en la política monetaria de la Fed, y no esperamos que inicie las subidas de tipos de interés antes de principios de 2012.
Otro dato de crecimiento esperado era el correspondiente a Japón, para valorar los efectos económicos del terremoto y posterior tsunami. Pues bien, el PIB retrocedió un 0,7% interanual en el primer trimestre de 2011, por efecto no solo de los fenómenos citados sino también de la dinámica bajista que la economía viene arrastrando desde mediados de 2010. Esta falta de tono de la actividad económica queda reflejada en la debilidad del consumo privado, y en la fuerte desaceleración de las exportaciones. Los primeros efectos del terremoto y de la crisis nuclear de Fukushima se dejaron sentir ya en las existencias, que contribuyeron casi a la mitad del retroceso del primer trimestre. En menor medida, la inversión en equipo también se replegó. Para el segundo trimestre del año se espera otra contracción. La conjunción de estos efectos con la situación de debilidad previa hace muy probable que la economía japonesa retroceda cerca de un 1% en el conjunto de 2011, con riesgos a la baja.
En contraste con la situación japonesa, las grandes economías emergentes asiáticas mantienen un crecimiento robusto en un entorno de tensiones inflacionistas. La economía china avanzó un 9,7% interanual el primer trimestre del año, mientras que la inflación, que se resiste a bajar, se situó en el 5,3% en abril frente al 5,4% de marzo; para frenar el recalentamiento, las autoridades volvieron a subir el coeficiente de caja, el quinto ascenso en lo que va de año, que se añade a los cuatro aumentos del tipo de interés de referencia desde octubre, a las limitaciones de crédito y a una leve apreciación del tipo de cambio. En la India, que a finales del año pasado crecía un 8,2%, la autoridad monetaria sorprendió este mes aumentando de nuevo el tipo de referencia en 25 puntos básicos hasta el 7%, en su intento por desacelerar la escalada de la inflación, que en marzo marcó un 9%.
Buena parte de estas tensiones inflacionistas se derivan de la trayectoria de las materias primas. Sin embargo su evolución se ha frenado en las últimas semanas. El precio del petróleo deshizo parte del alza después de una racha de siete meses continuados de subidas. Entre el 20 de abril y el 20 de mayo, el precio del crudo bajó un 10,5% para situarse cerca de los 110 dólares por barril, lo que significa un incremento de alrededor del 19% desde inicios de año. El resto de las materias primas ha seguido la estela del petróleo, con excepciones entre los alimentos. Los metales básicos experimentaron retrocesos generalizados, destacando la pérdida del 10,3% del níquel. Entre los alimentos, el azúcar, el té y el café tuvieron retrocesos pero la previsión de un año seco hizo que se apreciaran el trigo, el arroz y la cebada. Por su parte, el oro se mantuvo por encima de los 1.500 dólares por onza, muy cerca de los máximos históricos alcanzados, capitalizando así las incertidumbres que siguen afectando a la economía global.
En claro contraste con lo sucedido en Estados Unidos y Japón, el crecimiento económico de la eurozona batió ampliamente lo esperado por el consenso de analistas. La tasa de crecimiento del PIB del primer trimestre se incrementó en medio punto hasta el 2,5%, gracias al arranque de Alemania y Francia, que ponderan casi la mitad de la eurozona. Estos resultados fuerzan la revisión al alza del crecimiento esperado en 2011, del 1,5% hasta el 1,9%. La mala noticia es que los tres países de la eurozona intervenidos (Grecia, Irlanda y Portugal) presentaban retrocesos del PIB en tasa anual en los tres primeros meses del año.
En mayo, precisamente, se ha concretado el programa de ayuda financiera a Portugal, que asciende a 78.000 millones de euros, que se harán efectivos en tres años condicionados a una reducción drástica del déficit público (9,1% del PIB en 2010) y a un conjunto de reformas económicas y financieras. Por lo que se refiere a Grecia, se discute la posibilidad de adoptar un segundo rescate, a la vista de que no se están cumpliendo los objetivos del primero. El deterioro económico y financiero del país se manifiesta, entre otros, en nuevos recortes de su rating y en una deuda pública sobre PIB que en 2011 se prevé alcance el 158%. También se ha apuntado la posibilidad de reestructurar la deuda griega a fin de reconducir la situación actual, pero el Banco Central Europeo (BCE) se opone a esta medida por sus consecuencias negativas no solo para Grecia sino también para otros países en dificultades y para el conjunto de la eurozona.
En este contexto, las turbulencias en el mercado de la deuda soberana se han reavivado por el efecto contagio, llevando los diferenciales de la periférica respecto a la alemana a nuevos máximos. La deuda española, que en las últimas semanas había conseguido cerrar parte del spread, ha sufrido un aumento de la prima de riesgo hasta los niveles de marzo, cercano a los 270 puntos básicos. No obstante, y a pesar de estos repuntes puntuales de las tensiones, la evolución del spread de la deuda española con la alemana se ha comportado de manera relativamente estable a lo lar- go de los últimos meses.
El BCE, por su parte, está preocupado por salvaguardar la estabilidad de precios en un momento en que el IPC armonizado de la eurozona ha escalado hasta el 2,8% y la inflación subyacente hasta el 1,8% interanual. Así, parte del incremento de precios derivado de las subidas de la energía y de la alimentación se está trasladando al precio de venta al público de los bienes y servicios finales. Tras la subida del tipo de interés de referencia hasta el 1,25%, economistas e inversores descuentan que las próximas subidas, seguramente realizadas en tramos de 25 puntos básicos, podrían llevarse a cabo en julio y en el último trimestre del año.
La combinación de aumentos de los tipos de interés de referencia del BCE y la persistencia de un diferencial de tipos todavía apreciable no ayudan a la economía española a retomar la senda de recuperación necesaria tras la profunda recesión atravesada. A pesar de ello, la economía española también aportó su parte de sorpresas positivas en el primer trimestre, con un crecimiento del PIB del 0,3% respecto a finales de 2010. La tasa de avance interanual se situó en el 0,8%, dos décimas por encima de la cifra registrada el trimestre anterior. Dicho avance se nutrió principalmente del arranque de las exportaciones, sobre todo de bienes e impulsadas por el tirón francoalemán, así como por el aumento del gasto público. En contrapartida, la contribución de la demanda privada interna al crecimiento fue negativa, debido al estancamiento del consumo y al retroceso de la inversión.
Vista la evolución de los distintos elementos del PIB de enero a marzo y los indicadores disponibles, las perspectivas son que la reactivación de la economía avance a un ritmo muy contenido. Una de las claves reside en el consumo de las familias, muy condicionado por la evolución de las rentas y por el aumento de la inflación. En abril, el IPC volvió a estar marcado por la continuidad de la evolución alcista del precio del petróleo, de manera que la tasa de variación interanual del IPC aumentó dos décimas hasta el 3,8%, la tasa más alta desde septiembre de 2008. Sin embargo, esperamos que la inflación este mes haya marcado su máximo y que a partir de ahora vaya remitiendo paulatinamente. La deteriorada situación del mercado de trabajo tampoco ayuda a la mejora del gasto de consumo, con un desempleo cuya tasa alcanzó el 21,3% en el primer trimestre. En dicho periodo, la ocupación cayó un 1,4% interanual en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. No obstante, se espera que en el segundo y tercer trimestres se registre una cierta mejora en el mercado de trabajo.
En definitiva, dada la frágil evolución que se espera de los principales componentes de la demanda interna, la capacidad de recuperación estará a expensas del sector exterior. En este sentido, el hecho de que las dos mayores economías europeas, junto a las nórdicas, hayan experimentado tasas de crecimiento elevadas en el primer trimestre mejora las perspectivas para las ventas al exterior y el volumen de turistas de los próximos meses. Fuera de la Unión Europea, el elevado crecimiento de las economías emergentes y una menor fortaleza del euro contribuirán también al sostenimiento de la actividad en un año clave para la consolidación de la recuperación.
 

El empresario podrá disponer con carácter general del 5% de la jornada de trabajo anual

El empresario podrá disponer con carácter general del 5% de la jornada de trabajo anual para distribuirla de manera irregular, salvo pacto en contra con los representantes de los trabajadores, según el borrador del anteproyecto de ley de reforma de la negociación colectiva remitido por el Gobierno a los agentes sociales al que tuvo acceso Europa Press.

Este porcentaje es inferior al 15% que había establecido como mínimo la CEOE en su última propuesta del 2 de junio, con la que se zanjaron las negociaciones entre patronal y sindicatos.
El Gobierno resuelve así una parte de las cuestiones relativas a la flexibilidad interna, que podrán pactarse en los convenios colectivos de empresa, sin perjucio de lo que se determine en los convenios sectoriales.
Otras de las cuestiones que podrán abordarse desde el convenio de empresa con prioridad sobre otros convenios de ámbito superior, serán la cuantía del salario base y de los complementos salariales. En este punto, el borrador señala que se podrá inaplicar el régimen salarial previsto en los convenios de ámbito superior mediante el acuerdo entre la empresa y los representantes de los trabajadores, "cuando la situación y perspectivas económicas pudieran verse dañadas por su aplicación".
Este acuerdo de inaplicación deberá "determinar con exactitud la retribución a percibir por los trabajadores" y establecer una programación de la progresiva convergencia hacia la recuperación de las condiciones salariales establecidas en el convenio colectivo de ámbito superior a la empresa, sin que en ningún caso dicha inaplicación pueda superar el período de vigencia del convenio ni, como máximo, los tres años de duración.
Por otro lado, el convenio de empresa también podrá decidir sobre el abono de las horas extraordinarias, modalidades de contratación, la adaptación al ámbito de la empresa del sistema de clasificación profesional de los trabajadores o las medidas para favorecer la conciliación entre la vida laboral, familiar y personal.
Se mantiene la ultraactividad de los convenios
En materia de ultraactividad, el Gobierno cumple con su palabra y no la elimina. Según se determina en el borrador, se establece con carácter general, sin perjuicio de que se pacte algo diferente, que el plazo de denuncia de los convenios colectivos para empezar a negociar su renovación sea de tres meses antes del fin de su vigencia.
Desde la denuncia, se abre un periodo de veinte meses como máximo para negociar el nuevo convenio. Durante este periodo, las partes podrán adoptar acuerdos parciales para la modificación de contenidos prorrogados, con la vigencia que se determine, para facilitar la adaptación de las empresas a las circunstancias.
Además, el borrador establece que se establecerán mediante acuerdos en el ámbito estatal y autonómico los procedimientos para solventar las discrepancias que existan después de haber consumido los plazos máximos de negociación. En este punto, concreta que el laudo arbitral tendrá la misma eficacia jurídica que los propios convenios.
Por último, señala que consumidos todos los plazos sin acuerdo, si las partes del convenio no se hubieran sometido a estos procedimientos o éstos no hubieran solucionado las discrepancias, "se mantendrá la vigencia del convenio colectivo" y no decaerá.
Capacidad de decisión de la comisión paritaria.
Por otro lado, el borrador indica que las cuestiones derivadas de la aplicación e interpretación de los convenios colectivos corresponderá a la comisión paritaria, con carácter previo al planteamiento formal del conflicto en los órganos de mediación y arbitraje o ante un órgano judicial.
Así, en caso de desacuerdo en las consultas sobre modificación de las condiciones de trabajo, cualquier de las partes lo podrá someter a la comisión paritaria del convenio, que dispondrá de un plazo máximo de siete días para pronunciarse. Si tampoco se solucionara el conflicto, entonces se recurriría a los procedimientos de resolución de conflictos que se establezcan en los acuerdos interprofesionales del ámbito estatal y autonómico.
Por último, el Gobierno propone la creación del Consejo de Relaciones Laborales y de Negociación Colectiva como órgano de consulta y asesoramiento, adscrito al Ministerio de Trabajo, de carácter tripartito y paritario.

Una bajada de las cotizaciones sociales y un aumento del IVA, supone hacer mas competitivas las empresas de cara al exterior y una bajada general de los salarios, pues podremos consumir menos. En cuanto a la mejora de competitividad respecto a Europa, significa traer capital del exterior, efecto positivo para reducir nuestra deuda. La subida del IVA nos hará mas pobres, perderemos poder adquisitivo, pero su recaudación debe dedicarse a la reducción de deuda lo que nos llevará a un ahorro colectivo. El IVA debe bajar en el sector turistico que debe producirnos ingresos del exterior con el mismo fin, reducción de deuda.

Hasta ahora, España era uno de los países que, como Grecia, seguían sin rechistar todas las propuestas sugeridas tanto por el Fondo Monetario Internacional (FMI) como la Comisión Europea -que equivale al poder Ejecutivo de la Unión-. Esta institución emitió, el pasado martes, una serie de recomendaciones en las que exigía a cada uno de sus miembros nuevos ajustes y más recortes sociales y económicos.

En el caso de España, la Comisión consideró que el gobierno del presidente José Luis Rodríguez Zapatero debía poner un techo de gasto en las Administraciones, unarebaja a las cotizaciones sociales de los trabajadores; tenía que aprobar también, y lo antes posible, la reforma que lleva la edad de jubilación a los 67 años y, además, incluir un sistema automático para equiparar ese tope establecido con la esperanza de vida.

El Ejecutivo de Zapatero, que hasta ahora siguió religiosamente todas las propuestas del FMI y de la Unión Europea, consideró ahora que estas propuestas están fuera de lugar. En primer lugar, se niega a reducir las cotizaciones de la Seguridad Socialporque "sirven para pagar futuras pensiones", según argumentó la ministra de Economía,Elena Salgado. "Esa recomendación no la vamos a seguir en el corto plazo. Dentro de no sé cuántas legislaturas, cuando las reformas estén produciendo sus efectos, será ocasión de ver qué dice la Comisión", afirmó.

El gobierno del PSOE recuerda el castigo que ha recibido en las últimas eleccionesmunicipales y autonómicas del 22 de marzo, cuando un millón y medio de personas le retiraron su apoyo como represalia por los recortes adoptados en su segunda legislatura:reforma laboral, reducciones salariales, recorte del gasto público, congelación de las pensiones, subida de los impuestos del IVA y del tabaco, recortes de 6 mil millones de euros en la inversión de obras de infraestructura, limitación a las ayudas por dependencia y discapacidad y el impulso a una reforma de las pensiones que atrasa la edad de jubilación de los 65 a los 67 años.

En realidad, todos los países miembros de la Unión Europea han acordado acatar la principal prioridad que establece la Comisión y que comparte la visión del FMI: ejecutar recortes y privatizaciones para "sanar" las cuentas públicas, que están en riesgo por los multimillonarios rescates bancarios con los que han tratado de salvar a la banca.

Muy distinto es lo que ocurrió en Islandia, un país de apenas 310 mil habitantes y que no pertenece a la Unión Europea, pero que quedó al borde de la bancarrota en 2008. Allí, los tres principales bancos del país, que eran, a su vez, las empresas más grandes de la nación, colapsaron por deudas por lo que el Gobierno se vio en la necesidad de nacionalizarlos. Hasta entonces, había coqueteado con un sector financiero sin ningún control, hasta el punto de que el volumen de dinero que se manejaba en ese rubro equivalía a ocho veces el PIB nacional.

Pero la población había escarmentado y así lo hicieron saber en dos referendos. En el primero, en marzo de 2010, dijeron "no" al hecho de cubrir de su bolsillo el quiebre de uno de los bancos. En el segundo, celebrado en abril de este año, volvieron a decir que no a la posibilidad de indemnizar a unos 300 mil ahorradores ingleses y holandeses que habían depositado su dinero en uno de los bancos islandeses.

Por si fuera poco, el ex primer ministro conservador que gobernaba durante la crisis, Geeir H. Haarde, está procesado en un juicio que comenzó este año por cometer "negligencia grave". En 2009, tras numerosas manifestaciones, se vio obligado a dimitir con todo el gobierno en bloque. Él es el primer político en sentarse en el banquillo por la crisis financiera. Ahora gobierna la izquierda con mayoría absoluta, desde abril de 2011, tras 65 años de poderes conservadores.

España, en cambio, ha hecho todo lo contrario. Al compás de lo que marca la Unión Europea de mano del FMI, que tomaron por política salvar a los bancos de la ruina, hoy se sigue y ejecuta un plan de austeridad sin precedentes. Entre los países miembros, hay una interdependencia económica y se marca una pauta sobre el tipo de política económica y social a seguir. El "no" de España no puede deslindarse, en realidad, de una causa común que lidera la Unión Europea y bendice el FMI.

Todos debemos reflexionar, en especial nuestra casta política.

“El despilfarro de recursos del paro, las desigualdades, injusticias e ineficiencias del capitalismo liberal (…), la descarada indiferencia de una arrogante élite dirigente y la incompetencia de una clase política inadecuada –todo parecía estar conectado por el absoluto fracaso para organizar mejor la sociedad.” ¿Un indignado del Movimiento 15M? ¿Un votante irritado del 22-M? No exactamente, pero la cita podría aplicarse a las protestas del 15M, que son solo la punta de uniceberg de malestar social.
La cita es del libro Postguerra del historiador Tony Judt, fallecido en 2010 (de una angustiosaenfermedad). Describe el estado de ánimo revolucionario, imperante en muchos países europeos en 1945, tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial. Este impulso, que apuntaba hacia una economía planificada, se recondujo hacia el Estado del Bienestar europeo.
De la misma forma, las protestas del 15M nacen de la devastación económica que la crisis actual ha traído a los irritados votantes del 22-M y especialmente a los jóvenes. Aquí van algunos datos que lo muestran:
(%, 2011:1)16 a 19 años20 a 24 años25 a 29 años
Paro654127
Empleo temporal795738
Empleo a tiempo parcial463116
No emancipados948047
.
Los jóvenes sufren unas tasas altísimas de paro, temporalidad y jornada a tiempo parcial. Además, no pueden emanciparse por la inseguridad en el empleo, los bajos salarios y la escasa accesibilidad de la vivienda (el precio medio de la vivienda representa 7.7 veces la renta disponible bruta media de los hogares y aún más para los jóvenes).
¿Por qué hay que indignarse y no resignarse? Comparemos la primera línea del cuadro anterior con las tasas de paro juvenil en varios países cercanos y en la zona del euro en 2010:
Tasa de paro (%)16 a 19 años20 a 24 años25 a 29 años
Zona del euro241914
Francia292112
Alemania11108
Holanda1174
.
Vamos, que no está escrito en ningún sitio que los jóvenes españoles tengan que sufrir tasas de paro tan altas ni tampoco la temporalidad exagerada que soportan, cuando la tasa media en la zona del euro es el 14% y no nuestro 25%.
La situación laboral de los jóvenes proviene en parte de que en España y en otros países mediterráneos se ha protegido tradicionalmente a los cabezas de familia como fuente de renta segura: se protege el empleo de los adultos y se relega a los jóvenes a contratos temporales, se negocian los salarios en función de los intereses de los indefinidos aunque así se envíe al paro a los jóvenes, se dan prestaciones por desempleo indefinidas a los mayores de 52 años mientras que los jóvenes no logran a través de múltiples contratos temporales acumular suficiente antigüedad en el empleo para percibirlas, etc.
Pero esta estructura tradicional se viene abajo. Si hace 4 años la tasa de paro de los cabezas de familia era del 6% y la de los cónyuges del 8%, ahora ambas son del 18% (entre “los” cabezas de familia, un 54% son hombres y un 46% mujeres). Por otra parte, de los 17.3 millones de hogares, en 1.8 millones (11%) el cabeza de familia está parado y en 850 mil (4%) no hay ningún perceptor de renta laboral (salario, prestación por desempleo o pensión). En un trabajo reciente, José Mª Casado, Cristina Fernández y Juan F. Jimeno destacan que un 40% de los parados vive en hogares en los que ningún miembro trabaja, superándose la cota del 38% alcanzada en 1994.
El aumento del paro entre los cabezas de familia no se debe solo a la destrucción de empleo indefinido, pues desde el máximo del empleo en 2007 se han destruido 106 mil empleos indefinidos, 1.64 millones de temporales y 610 mil de autónomos. Por tanto, muchos cabezas de familia debían de tener contrato temporal (el INE no ofrece este cruce, habría que ir a los microdatos).
El problema se agrava porque el sector público, en plena reducción del déficit, puede ayudar cada vez menos. Los parados registrados que cobran prestaciones por desempleo representaban el 72% en marzo, mientras que hace solo 8 meses alcanzaban el 80%. Y como el 43% de los parados lleva más de un año en esa situación, las prestaciones son cada vez más bajas. En 2007, las contributivas representaban el 58% y el resto eran asistenciales (que son menores), pero ahora suponen solo el 48%.
Lo que está pasando, en palabras de Luis Garicano, es que los hijos cada vez se convierten menos en padres: de los asalariados que han entrado en el mercado de trabajo desde 1990, con 45 años aún tenía un contrato temporal un 40% (ver aquí el gráfico por edad de entrada).
En suma, el esquema basado en un cabeza de familia con un empleo seguro que mantiene a los demás miembros del hogar en los malos tiempos hace aguas. Como el paro afecta a hijos y a padres, también se ha deteriorado el mecanismo de seguro por la vía de la ayuda entre hogaresde la misma familia, que tradicionalmente ha compensado la menor protección social que da el Estado en España en comparación con la Unión Europea (22.7% frente al 26.5% en la UE-25, 2008).
La simpatía que han despertado las protestas del 15M seguramente se debe en parte a que los problemas de los jóvenes son también los de los adultos. Hay que dar soluciones a ambos grupos: de ahí la propuesta reciente de Luis Garicano a los indignados de reivindicar el contrato único, a lo que yo añadiría una negociación colectiva que tenga en cuenta los intereses de todos los trabajadores y un servicio público de empleo que funcione (ver esta entrada de Florentino Felgueroso). Son medidas de reforma del Estado del Bienestar nacido en 1945 –en España 30 años después–, que ayudarían a mantenerlo vivo y a volver a hacerlo viable.