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viernes, 14 de enero de 2011

Reforma de las pensiones: el milagro de la capitalización compuesta

 El debate sobre el futuro de nuestro sistema de pensiones suele girar en torno a los ajustes menores que es necesario realizar para que el sistema de reparto sobreviva. Pero rarísima vez contempla una reforma parcial o integral del sistema hacia la capitalización. Parte del rechazo se debe a la asociación entre “sistema de capitalización” y “sistema privado”. Esa posición es completamente absurda, pues un sistema de capitalización podría ser gestionado por la propia Seguridad Social, que iría colocando el fondo de cada trabajador en los distintos productos sin cobrar las fuertes comisiones que a menudo cargan las entidades financieras. Y, además, podría constituir un vehículo de ahorro transparente y honesto para mucha gente, especialmente para las personas con nulos conocimientos de finanzas.
El milagro del tipo de interés compuesto a largo plazo
La primera ventaja (y la más importante) es la magnitud de la mensualidad a percibir tras la jubilación. En un sistema de capitalización, las cantidades ahorradas a lo largo de una vida crecen exponencialmente debido a que los intereses se acumulan año a año, un fenómeno llamado "el milagro de la composición de intereses". Como es difícil hacer predicciones, especialmente sobre el futuro, vamos a describir unos escenarios que nos permita hacernos una idea de las posibilidades del sistema. Para ello vamos a intentar reproducir la situación de un trabajador medio que en vez de cotizar a la Seguridad Social aporta la misma cantidad a un fondo individual para su jubilación, gestionado por la propia Seguridad Social. Cada supuesto se acompaña de su justificación.
·                                 Salario Bruto medio anual + Cotización empresarial SS = 27.000 €
En realidad, el sueldo medio bruto anual se encuentra en España en 21.500 euros brutos, que al añadirle una cotización empresarial a la Seguridad Social que oscila entre el 28% y el 30% da como resultado un coste salarial total de unos 27.700 €, algo por encima de nuestro supuesto.
·                                 Vida laboral de los 23 a los 65 años.
·                                 El trabajador aporta el 30% de su coste salarial a su fondo propio.
¿Le parece mucho? ¡Es exactamente lo que paga en la actualidad! Aproximadamente, un 35% de su coste salarial total (sueldo + IRPF + SS trabajador + SS empresa) lo conforman las aportaciones a la Seguridad Social. El porcentaje aproximado del gasto de la Seguridad Social en pensiones es del 90%. El 90% del 35% es el 31,5%, así que de nuevo estamos siendo conservadores suponiendo un ahorro del 30%. El estado haría obligatorio dicho ahorro, por un problema que ya tratamos hace poco relacionado con la teoría de juegos.
·                                 Tres años de dicha vida laboral en el paro.
¡Estamos en España! ¿Cómo no vamos a incluir tres años de paro en un trabajador medio? Durante ese período nuestro trabajador ingresa la prestación por desempleo.
·                                 Crecimiento anual de la productividad (y, con ella, del salario) del 1%.
Varios organismos internacionales proyectan crecimientos de la productividad para la OCDE alrededor del 1,5%, por lo que de nuevo estamos siendo conservadores.
·                                 Tres escenarios para el tipo de interés real: 1,75%, 3% y 6%.
Aquí entramos en terrenos muy especulativos: para conocer el papel del tipo de interés real debemos hacer supuestos sobre la rentabilidad futura de la inversión y descontar el papel de la inflación esperada. En este sentido, varias entidades internacionales (Fed, Banco de Francia) emiten TIPS (Treasury Inflation Protected Securities), bonos protegidos contra la inflación en los que el emisor se compromete a pagar un cierto tipo de interés más la tasa de inflación del período. En la actualidad (con un tipo de interés oficial extremadamente bajo), pueden comprarse TIPS con una rentabilidad real del 1,75%. Nuestro escenario base será, por tanto, el del 1,75% real. Los dos escenarios alternativos incluirían una parte del patrimonio en renta variable. Sin entrar en más detalle, una cartera diversificada disfruta en el largo plazo de una rentabilidad mayor sin asumir más riesgo (el llamado equity premium puzzle). Una cartera con más peso en acciones podría lograr rentabilidades del 3 ó 6 por ciento (otro día discutiremos esto en más detalle).
·                                 Cuando nuestro trabajador llega a los 65 años, calculamos una hipoteca inversa (en términos reales) de 20 años sobre el total del patrimonio ahorrado, es decir, lo necesario para vivir de los 65 a los 85 años.
La propia Seguridad Social funcionaría también como una aseguradora respecto a la esperanza de vida: unos individuos vivirán más que otros, pero en la media se compensan, y la esperanza de vida media es una magnitud muy estable.
Ya estamos listos para mostrar los resultados. El gráfico muestra tres líneas, que son la evolución del patrimonio real (descontada la inflación) a lo largo de la vida del trabajador para cada uno de los 3 escenarios. A la derecha del final de cada línea se encuentra un cuadro de texto con la pensión mensual real (descontada la inflación) vitalicia que equivale a cada escenario.

Sí, incluso habiendo partido de supuestos conservadores, los resultados son demoledores. La pensión equivalente en el escenario base (3.100 €/mes) triplica la actual real, aún siendo el escenario con menor rentabilidad media del fondo. Para rentabilidades mayores, las pensiones equivalentes parecen adentrarse ya en el terreno de la ciencia ficción… pero son factibles: un 3% de rentabilidad real anual no es algo desde luego inalcanzable. Este gráfico(realizado por Pablo Fernández, del IESE) muestra una rentabilidad media anual del IBEX-35 (1987-2003, beneficios incluidos) del 11,9%. Teniendo en cuenta que la inflación media ha estado por debajo del 5% durante dicho período, la rentabilidad real (nominal menos inflación) superaría ya el 6% de nuestro tercer escenario, el que da derecho a una pensión de 12.800 euros mensuales.
¿Se pueden extrapolar estos cálculos para rentas mayores o menores? Por supuesto, solo es necesario realizar una sencilla regla de tres. Un trabajador que cobre solo la mitad de nuestro trabajador de referencia tendría derecho a la mitad de jubilación en cada escenario (para el base, equivaldría a 1.550€/mes).
Otra gran ventaja del sistema es que cada trabajador elige cuándo se jubila en función de la pensión a la que tiene derecho en cada momento (algo que todos podrían consultar en todo momento). Así, si ha obtenido una rentabilidad por encima de la de referencia, quizás prefiera jubilarse con antelación, reduciendo la cuantía de la jubilación. Es necesario aclarar aquí que, mientras el sistema actual de reparto penaliza enormemente las jubilaciones anticipadas (jubilarse a los 60 por el régimen general implica aproximadamente una reducción del 25% de la cuantía de la pensión), en un sistema de capitalización la penalización no es tan grave, puesto que lo más importante son los primeros años de cotización, debido al ”milagro de la capitalización compuesta”.

(LA DECLARACION DE SALAMANCA).


En un mercado de trabajo débil y estructural como el nuestro, el incremento de la edad activa puede perjudicar el empleo juvenil, al reducir el margen de sustitución de los jubilados.

Estoy en una parte de acuerdo con su exposición pero en otra gran parte no.

En un mercado de trabajo débil y estructural como el nuestro, el incremento de la edad activa puede perjudicar el empleo juvenil, al reducir el margen de sustitución de los jubilados.

El fundamento último de la sostenibilidad financiera de las pensiones, más allá de factores demográficos y de la edad de jubilación, es la tasa de empleo que alimenta económicamente la protección social. Para lo cual la productividad debe crecer y esto generará nuevos puestos de trabajo.

La bien planteada reforma de las pensiones está, así, estrechamente vinculada a la transformación del sistema productivo y a los cambios del mercado de trabajo porque solo con tasas adecuadas de empleo podrá conseguir los resultados deseados.

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Observando la pirámide de población, y sabiendo el paro juvenil que tenemos, mejor nos irá si trabajan los de veinte-veinticuatro años desocupados que no los de sesenta-sesenta y cinco años.

También podríamos  pensar en reformar el sistema e ir a un sistema mixto o individual http://bit.ly/hOn6oy (LA DECLARACION DE SALAMANCA).
Con este sistema al poder jubilarse a su antojo y siendo consciente que lo que ha capitalizado lo va a disfrutar él o sus herederos, le dará libertad a la hora de tomar la decisión de cuando se jubila. También por supuesto dinamizará el mercado laboral por la parte de arriba, teóricamente la menos productiva, y aumentará la productividad del puesto de trabajo que ocupe.
La productividad de las personas mayores, por regla general, suelen ser un lastre para el puesto de trabajo, por motivación, preparación, adaptación a los nuevos métodos de trabajo y ganas de aprender.

Solo estoy de acuerdo en la prolongación de la vida laboral porque esto influirá, creo que de una forma importante, en que los mercados de deuda se tranquilicen y nuestro coste de financiación sea menor. Esto se producirá por que los inversores verán que a largo plazo, nuestro país tendrá un menor compromiso de pago a sus pensionistas y este menor compromiso de pago le hará mas solvente para amortizar la deuda que le compro a diez años.

Estoy mas por reducir la jornada laboral a 35 horas semanales, manteniendo la jornada de trabajo en las 40 horas semanales y rebajando los salarios en proporción ya que:
a)     Esta creo que sería la medida más solidaria con los parados y reduciríamos el paro.
          b) Sería una medida que crearía confianza de cara al exterior, pues nos verían como un país          comprometido y solidario.
c)     Se reducirían los costes de las Administraciones Públicas pues se absorbería el exceso de funcionarios por lo menos en una parte importante. 
d) Se deberían crear políticas incentivadoras, tanto en el sector privado como en el público, para que quien estuviera en el paro fuera la población laboral de más edad.
                    d1) Esto es porque si al capital humano joven, en el que más recursos de formación se ha invertido y el que mejor preparado esta, si no le damos acceso al trabajo, no tendrá mas remedio que emigrar y la rentabilidad de lo invertido en su formación lo dará en otro país
                    d2) Porque un joven, con los mismos conocimientos o incluso con conocimientos inferiores, pero con ganas de aprender, creo que es mas eficaz que una persona mayor.
                    d3) Porque para una persona mayor, que normalmente tiene casi todas sus necesidades cubiertas, estar en el paro es prácticamente una prejubilación, un premio.
           f) Si rejuvenecemos la media de la plantilla laboral del país, ganaremos en competitividad, ya que seremos mucho más eficaces tanto en la empresa privada como en la administración.
           g) Esos parados, en su mayoría de edad próxima a la jubilación, deberían realizar ciertas tareas  sociales de forma gratuita. Con ello les hacemos sentirse útiles y solidarios con su entorno, aportando lo mejor que tienen que es su experiencia.
        h) El mejor curso de aprendizaje y reciclaje, poniendo interés, es el trabajo diario y el vivir todos los días in situ una aplicación practica de las distintas innovaciones que se vayan incorporando a cada tarea del trabajo. Es la verdadera formación continua.
         i) Si reducimos el paro y poco a poco aumentamos nuestra competitividad por una mayor eficacia, estamos creando confianza, con lo que el consumo interno se recuperara.
      j) Al estar la gente mas joven con trabajo, favorecería la emancipación y el consumo del stock de viviendas en manos de la banca, bien como compra o como alquiler con opción de compra. Esto permitiría un respiro a la banca y a los sectores relacionados con la construcción.
      k) Esta medida favorecería que bastantes trabajadores aportarían su trabajo a dos ó mas empresas distintas al mismo tiempo, que aunque en principio pueda no parecer lo mas adecuado, también es enriquecedor para el trabajador por las experiencias que va a vivir.
      l) Esta medida favorecería la conciliación de la vida familiar con el trabajo, lo cual conduciría a una mayor calidad familiar y mayor tiempo de dedicación a la educación de los hijos.