Adelantar la subida de tipos de interés del BCE para el mes de abril o mayo tendrá un efecto inmediato en el euribor y, por consiguiente, en la gran cruz que soportan la mayoría de los españoles: la hipoteca. Durante los últimos meses, el euribor ha ido anticipando la subida de tipos que los analistas esperaban para el tercer trimestre de este año. De hecho, a finales de 2010 el tipo hipotecario comenzó una escalada que, a día de hoy, sitúa el índice por encima del 1,780 con los tipos todavía anclados en el 1 por ciento. Las previsiones colocan al euribor en el 2 por ciento para verano y en un 2,5 por ciento para finales de año, alza que dependerá de la evolución del precio del petróleo, según los analistas consultados.
Esta subida del tipo hipotecario se traducirá en un encarecimiento de los préstamos inmobiliarios: pagar una casa se hará cada vez más difícil. "Toda la vida pendientes del maldito euribor", subraya José Luis Ruiz, analista inmobiliario. "Los tipos han estado muy bajos y ya sólo queda que suban", pronostica.
La tranquilidad que han vivido las familias durante estos dos últimos años, cuando la revisión de la hipoteca sólo traía alegrías, es ya historia. Con estos augurios, una persona con un préstamo de 150.000 euros a 25 años que paga 657 euros al mes con el euribor actual, cuando revise la hipoteca, si se topa con un euribor del 2,5%, verá encarecida su factura con el banco en 640 euros más al año, es decir, más de 50 euros al mes.
La noticia esperada para las economías en crecimiento, que tratan de atar en corto una inflación que en enero llegó al 2,3 de media europea, es un freno más para los países periféricos como España y Portugal, cuya situación, según reconoce Juan Ramón Pin, está ya muy dañada. La consecuencia para el profesor del IESE es clara: "La subida del euribor afectará al consumo de las familias y, como consecuencia, al desempleo": llegar a los 5 millones de parados se ve cada vez más factible.
Menos renta disponible
El binomio a más euribor, menos consumo va de la mano. Los más de 600 euros que tendrán que destinar los hipotecados para pagar su deuda mermarán la renta disponible de los españoles, situada en un pésimo 15%. En otras palabras, menos dinero para dedicarlo al consumo o al ahorro. Una mala noticia no sólo para los sectores dependientes de la demanda interna, sino también para el secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que esta misma semana animaba a los ciudadanos a ahorrar menos y centrarse en consumir.
En el escenario de situarnos con un euribor del 2,5% a finales de año, "el impacto en la renta disponible de las familias tampoco se notará tanto", según afirma José Carlos Díez, profesor del IESE, quien explica que la subida se trasladará de forma generalizada en unos 6 ó 9 meses, cuando culmine la ronda de revisión de las hipotecas. Las consecuencias "sobre todo se verán en 2012", añade.
El BCE trata de que los tipos vayan en consonancia con la evolución de la renta disponible, argumenta. "Si los salarios suben un 2% el próximo año, no tiene sentido que los tipos se queden quietos, si no habrá más renta disponible" y, por tanto, más inflación. Así las cosas, si llega a 2,5%, tan sólo se trasladará una subida de 0,5% en la hipoteca, "no es tanto", apunta.
Pero todo cuenta y esta subida llegaría en un escenario bastante tenso, donde la desconfianza llevó la tasa del ahorro desde el 10% de 2007, en la antesala del estallido de la crisis financiera, hasta el 20% actual, máximo histórico que se da en medio de la crisis económica y que corresponde a la tasa más alta de la UE.
El enfriamiento del ahorro, según cálculos de José Manuel Campa, reanimaría el crecimiento del PIB: por cada 2 puntos que retrocediera la tasa del ahorro, la economía nacional avanzaría un punto. Hay que tener en cuenta que el 50% del PIB español procede del gasto privado y que la deuda de vivienda que soportan los españoles es una parte considerable. El saldo destinado al pago de los préstamos inmobiliarios se situó en enero en 676.164 millones de euros, después de tocar techo en los 680.760 millones en el mes de julio de 2010.
Por supuesto, a la presión del euribor se une el alza de los precios. La inflación española crece a un ritmo más fuerte que la media europea. En enero, los precios subieron un 3,3 por ciento, frente al 2,3 que incrementaron en Europa.
Y la buena nueva de Trichet cae como un jarro de agua fría también en el maltrecho sector inmobiliario: "Es una piedra más en la dura mochila que arrastramos desde 2007", explica el director general de negocios de Aguirre Newman, Ángel Serrano. Por el contrario, el lado dulce de la noticia se escenifica en las entidades financieras, ya que "esta subida de tipos da un margen adicional a cajas y bancos en el cobro de las hipotecas", según añade Pin, a pesar de que puedan tener más dificultad para financiarse en el interbancario.
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