jueves, 25 de agosto de 2011

Perspectivas del consumo de los hogares en España


El consumo privado fue uno de los puntales del crecimiento de la economía española durante el último ciclo expansivo. Los números hablan por sí solos. La tasa de crecimiento promedio fue del 3,8% entre el año 1995 y el 2007, casi dos puntos porcentuales por encima de la del conjunto de la eurozona. Dado su importante peso en el conjunto de la economía, representa el 59% del producto interior bruto (PIB), su evolución fue fundamental para que la economía española avanzara a buen ritmo. Sin embargo, el papel que jugará en el proceso de recuperación parece una incógnita, como mínimo si miramos las previsiones de las principales instituciones tanto nacionales como internacionales. Mientras el FMI espera una tasa de crecimiento para el 2011 del 1,3%, el consenso de analistas la sitúa en el 0,3%. La previsión del Banco de España, la OCDE o la de "la Caixa" se sitúan entre estos dos valores (véase la tabla siguiente). ¿A qué se debe tal disparidad? Y, sobre todo, ¿cuál es la trayectoria más probable?
El buen comportamiento que experimentó a lo largo del 2010, avanzó un 1,3% en términos reales, podría permitirnos cierto optimismo. Pero como se observa en la tabla anterior, son pocos los que pronostican una mejora para este año. Ello se debe, fundamentalmente, a que el dato del pasado año es fruto, sobre todo, de una importante reducción de la tasa de ahorro. Esta, que se mantuvo estable durante los años de expansión alrededor del 11% de la renta bruta disponible de los hogares (RBDH), cuando estalló la crisis financiera internacional se disparó y, en 2009, alcanzó el 18%. Un valor anormalmente elevado, pero razonable dado el fuerte aumento de la incertidumbre y el deterioro del mercado laboral. En 2010, a medida que la economía global empezó a recuperarse y que la economía española dio síntomas de estabilización, la tasa de ahorro comenzó un rápido descenso hasta situarse a finales de año en el 13%. La contribución de este factor fue, pues, fundamental. Si la tasa de ahorro se hubiera mantenido constante, el consumo privado hubiera retrocedido un 4,7% en términos reales aproximadamente.
Tras la fuerte corrección que experimentó el ahorro en 2010, el recorrido que tiene a la baja es ahora más limitado. El nivel actual es próximo al de los años de expansión pero la incertidumbre todavía se mantiene elevada. Por lo tanto, el empuje que le podrá dar al consumo será mucho menor.
Además del escaso margen de maniobra de la tasa de ahorro, hay otros factores que también limitan la capacidad de recuperación del consumo. El aumento del IVA y la escalada del precio de las materias primas son los dos principales.
Como es bien sabido, en junio del pasado año el tipo reducido del IVA aumentó del 7% al 8%, y el general del 16% al 18%. Si bien es cierto que el aumento de este impuesto impulsó el consumo durante la primera mitad del año porque incentivó el adelantamiento de algunas compras, especialmente las de bienes duraderos, el impacto que tuvo sobre la capacidad adquisitiva del conjunto de los hogares no es despreciable. Para hacernos una idea de su magnitud basta con tener en cuenta que el volumen de recaudación del IVA es de aproximadamente el 6% de la RBDH. Por lo tanto, una subida del impuesto como la que se produjo el año pasado representa alrededor de 0,8 puntos porcentuales de la misma. De todas formas, es importante tener en cuenta que, en términos de crecimiento, el efecto se distribuye entre el año pasado y el presente, ya que el aumento se produjo en junio de 2010. Además, el aumento del IVA fue decisivo para que el Gobierno consiguiera reducir el déficit público hasta el 9,2% y, por lo tanto, para mantener la confianza de los mercados de financiación internacionales.
El efecto del aumento del precio de las materias primas en general, y del petróleo en particular, sobre la capacidad de compra de los hogares españoles tampoco es marginal. El peso que tienen los carburantes en el gasto de las familias es importante y, en general, a corto plazo la demanda de este producto responde poco a las variaciones de su precio. Concretamente, la tasa de crecimiento interanual del precio del petróleo de calidad Brent se situó en mayo en el 50%. En euros, sin embargo, el aumento ha sido menor, del 30%, gracias a la apreciación de la moneda europea. Además, no toda la subida del precio del crudo se transmite al precio final de los carburantes. De hecho, este solo supone el 35% del precio final aproximadamente. Dado que el gasto en carburantes es el 6% del gasto en consumo final, la subida del precio reduce la capacidad de consumo en 0,6 puntos porcentuales.
Ante este escenario, la evolución del consumo de los hogares difícilmente nos dará alegrías en el corto plazo. Es difícil estimar cuál será el impacto final de cada uno de los factores comentados y, probablemente, este es uno de los motivos por los que las previsiones de las distintas instituciones son tan dispares. Pero aunque parte de los efectos podrán ser compensados por el aumento de la renta bruta de los hogares, ello muy probablemente no será suficiente como para evitar que el consumo presente una tasa de crecimiento sustancialmente inferior a la del año pasado. De hecho, la tendencia decreciente ya se ha empezado a ver en los últimos trimestres. Tras anotar una tasa de variación interanual del 2,2% en el segundo trimestre de 2010, esta ha ido cediendo hasta el 0,7% el primer trimestre de 2011.
Pero no todo son malas noticias. Es importante resaltar que estos factores son temporales. El efecto del IVA sobre la tasa de crecimiento desaparecerá durante la segunda mitad de este año y cabe esperar que el precio del petróleo se vaya estabilizando gradualmente en los próximos meses. Ello actuará de soporte durante el segundo semestre y permitirá que en 2012 el consumo remonte con algo más de fuerza. Además, es probable que entonces también reciba el apoyo del mercado laboral, para el que se espera que empiece a dar señales más sólidas de recuperación. Este es el aspecto fundamental para que la renta del conjunto de los hogares vuelva a crecer y, así, dar robustez a la recuperación del consumo privado y de la economía en general.
Este recuadro ha sido elaborado por Oriol Aspachs Bracons
Departamento de Economía Europea, Área de Estudios y Análisis Económico, "la Caixa"

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