lunes, 27 de junio de 2011

Seguimos importando mas que exportamos. Tenemos que hacer mas competitivas a nuestras emprresas



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27-6-11



Comercio exterior

Fecha última actualitzación: 27/06/2011

Enero-Mayo 2011


Importaciones
Exportaciones
Saldo

Mill.
euros
%
variac.
anual
en valor
%
partici-
pación
Mill.
euros
%
variac.
anual
en valor
%
partici-
pación
Mill.
euros
Tasa
de
cobert.
%
Por grupos de productos








Energéticos
18.419 
34,5 
21,2 
4.093 
89,8 
5,8 
-14.326 
22,2 
Bienes de consumo
19.752 
5,1 
22,8 
23.473 
14,2 
33,5 
3.722 
118,8 

Alimenticios
4.976 
9,0 
5,7 
8.882 
11,6 
12,7 
3.906 
178,5 

No alimenticios
14.776 
3,9 
17,0 
14.591 
15,7 
20,8 
-185 
98,7 
Bienes de capital
5.648 
0,9 
6,5 
6.170 
34,4 
8,8 
522 
109,2 
Bienes intermedios no energéticos
42.995 
17,3 
49,5 
36.346 
21,0 
51,9 
-6.649 
84,5 
Por áreas geográficas








Unión Europea
46.169 
10,3 
53,2 
46.820 
18,0 
66,8 
652 
101,4 

Zona Euro
37.653 
11,4 
43,4 
37.713 
15,3 
53,8 
60 
100,2 
Otros países
40.645 
23,6 
46,8 
23.261 
31,6 
33,2 
-17.384 
57,2 

Rusia
2.961 
96,8 
3,4 
745 
46,1 
1,1 
-2.216 
25,2 

EEUU
3.631 
26,9 
4,2 
2.796 
49,0 
4,0 
-835 
77,0 

Japón
1.182 
-3,1 
1,4 
581 
23,4 
0,8 
-601 
49,2 

America Latina
5.429 
29,1 
6,3 
4.045 
40,4 
5,8 
-1.384 
74,5 

OPEP
9.046 
25,2 
10,4 
2.607 
26,5 
3,7 
-6.439 
28,8 

Resto
18.397 
15,9 
21,2 
12.487 
26,4 
17,8 
-5.910 
67,9 
TOTAL
86.813 
16,2 
100,0 
70.081 
22,2 
100,0 
-16.732 
80,7 

FUENTES:
Departamento de Aduanas y Impuestos Especiales y elaboración propia.





  Cuando un país gasta más de lo que produce y, por consiguiente, el saldo exterior de su cuenta corriente es deficitario, el exceso de gasto debe financiarse mediante entradas netas de capital extranjero. Estas entradas generan unos pasivos frente al resto del mundo, por ejemplo en forma de deuda externa, y unas obligaciones de pago asociadas a dichos pasivos, como los intereses y la amortización de la deuda. Una manera de juzgar si un déficit exterior es sostenible consiste en evaluar si el país podrá hacer frente a estos compromisos de pagos futuros.
  Como la capacidad de pago de una economía viene determinada por su nivel de renta, esta condición requiere que el nivel de endeudamiento externo (en rigor, la posición pasiva neta) no alcance una cota demasiado elevada en relación al PIB. El nivel máximo soportable seguramente ha aumentado con la mayor integración financiera que ha acarreado el proceso de globalización pero continúa variando según el país, dependiendo de factores como la composición de sus pasivos, su grado de apertura al comercio exterior o la calidad de sus instituciones. Así, por ejemplo, un país poco atractivo para la inversión extranjera directa, incapaz de emitir deuda en su propia moneda, que no exporte demasiado y con una agencia tributaria poco sofisticada podrá sostener un nivel de deuda externa relativamente modesto. Ello explica que más del 50% de episodios de impago entre países de renta media entre 1970 y 2001 sucedieran con niveles de deuda externa que no superaban el 60% del PIB.
  El nivel al que se estabiliza la posición deudora neta de un país depende fundamentalmente de tres variables: el déficit exterior, entendido como el déficit corriente y de capital exceptuando el saldo por rentas de la inversión, el tipo de interés aplicable a la deuda y la tasa de crecimiento del PIB nominal. En el caso de que el tipo de interés sea superior a la tasa de crecimiento nominal del PIB, cualquier déficit exterior provoca un aumento de la deuda externa sin límite y, por lo tanto, no es sostenible. En cambio, si la tasa de crecimiento es mayor que el tipo de interés, la deuda tiende a estabilizarse aunque se registre un déficit de forma recurrente. Cuanto mayor es el diferencial entre crecimiento y tipos de interés, menor es el nivel al que se estabilizará la posición deudora para un determinado nivel de déficit exterior. Por ejemplo, un país con un déficit del 1% del PIB, una tasa de crecimiento nominal del PIB del 4,5% y un tipo de interés sobre sus deudas de un 3,25% estabilizaría su deuda externa en un nivel equivalente al 84% del PIB (véase la tabla anterior). Su déficit por cuenta corriente y de capital tendería a un nivel del 3,7% del PIB (1% + 3,25%*84).
  En el caso de España, la posición pasiva neta frente al resto del mundo se situó en un 87% del PIB a finales de 2010. Esta posición es el resultado de combinar unos activos en el exterior equivalentes al 128% del PIB y unos pasivos del 215% del PIB (véase el gráfico anterior). Unas tres cuartas partes de los pasivos son deuda propiamente dicha y el resto se reparte de forma similar entre inversión extranjera directa (en instrumentos que no son deuda) e inversiones de cartera en bolsa española. A pesar de que España incurrió en unas necesidades de financiación externas del 3,9% del PIB durante 2010, resultado de un déficit exterior excluyendo la cuenta de rentas de la inversión del 1,9% y un déficit en la cuenta de rentas del 2,0% del PIB, la posición pasiva neta mejoró en 4 puntos del PIB respecto a 2009 gracias al efecto neto de las revalorizaciones de activos y pasivos. España también se benefició en 2010 de una tasa de remuneración sobre sus pasivos históricamente baja (2,7%) y que, además, se situó algo por debajo de la tasa de remuneración promedio de sus activos (2,9%, véase el gráfico siguiente).
  La tabla anterior sugiere que el déficit exterior de España no está lejos del nivel que estabilizaría la posición pasiva neta en la cota registrada en 2010. Si utilizamos el coste de remuneración promedio de los pasivos desde la entrada al euro, un 3,5%, y suponemos una tasa de crecimiento potencial de la economía española de alrededor del 4,5% (combinación de un crecimiento real del 2,5% y una tasa de inflación del 2%), el déficit exterior (excluyendo rentas de la inversión), que estabilizaría la posición pasiva neta por debajo del 90% del PIB, estaría en torno al 0,8% del PIB. Como hemos mencionado anteriormente, el déficit se situó en el 1,9% en 2010 pero prevemos que en 2011 se reduzca hasta alrededor del 1,6% del PIB. Poco faltará entonces (ocho décimas) para alcanzar el déficit exterior que mantendría la posición externa estable a medio plazo. Sin embargo, si la prima de riesgo de la economía española se mantuviera anormalmente elevada y, por lo tanto, el coste de la deuda fuera mayor que el experimentado en el pasado, el déficit exterior debería reducirse aún más para evitar que la posición pasiva neta se disparara en exceso.
  Una prima de riesgo baja, un buen ritmo de crecimiento y una buena dosis de competitividad son los ingredientes claves para estabilizar la deuda externa en un nivel sostenible. Cuál es ese nivel no es una pregunta cuya respuesta sea única para cualquier país y cualquier momento. En todo caso, merece la pena guardar una distancia prudencial de aquellas cotas que pueden provocar vulnerabilidad a cambios en el sentimiento inversor, oscilaciones del tipo de interés y vaivenes de crecimiento económico. Episodios que, como hemos visto, suceden.
  Este recuadro ha sido elaborado por Enric Fernández
  Departamento de Economía Internacional, Área de Estudios y Análisis Económico, "la Caixa"

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