Informe Mensual, núm 347 - Junio 2011 | |
Coyuntura española - Actividad económica |
Coyuntura española ( 295,47 KB ) |
El PIB de España avanza más de lo previsto, aunque en parte impulsadopor el gasto público | ||
El PIB crece el 0,3% intertrimestral en el periodo de enero a marzo de 2011. | Los datos de la contabilidad nacional para el primer trimestre de 2011 muestran que la actividad económica continuó su suave senda de recuperación. Así, el producto interior bruto (PIB) creció el 0,3% en el primer trimestre de 2011, situando la tasa de avance interanual en el 0,8%, dos décimas por encima de la cifra registrada el trimestre anterior. | |
Este incremento del PIB fue mejor de lo previsto gracias, parcialmente, al aumento del gasto público, del 1,4% en el trimestre, que superó ampliamente nuestras expectativas. En cambio, los datos referentes al consumo de los hogares y a la inversión en bienes de equipo mostraron un total estancamiento. La debilidad del consumo de las familias ya era en parte palpable vista la evolución de las ventas minoristas, que en el mes de marzo volvieron a caer, situando la tasa de variación interanual en el -8,7%. Por lo que respecta a la inversión en construcción, esta continuó retrocediendo, aunque a un ritmo menor. En su conjunto, por tanto, la contribución de la demanda interna al crecimiento interanual acabó siendo negativa, restándole seis décimas. Ello significa que, tal y como se esperaba, el sector exterior fue el motor de crecimiento del PIB en el primer trimestre del año. | ||
El consumo público aumenta mientras el privado se mantiene estancado. | Cabe señalar, no obstante, el papel dispar de las expor- taciones entre bienes y servicios. Mientras las ventas al exterior de bienes aumentaron muy significativamente, la partida de servicios retrocedió, a pesar del buen comporta- miento del turismo. Ello indica que las exportaciones de servicios no turísticos cayeron sustancialmente. El creci- miento importante de las exportaciones de bienes coincide con la mejora de la producción industrial de los bienes intermedios y de equipo, más proclives al mercado exterior, observada durante los tres primeros meses de 2011. Por el contrario, los datos muestran una caída significativa de la producción industrial de los bienes de consumo, especialmente los duraderos. | |
Se espera que la recuperación pierda fuelle en el segundo trimestre. | Vista la evolución de los distintos elementos del PIB de enero a marzo y los indicadores disponibles, las perspectivas son que la reactivación de la economía se desacelere un poco en el segundo trimestre. En primer lugar, las presiones sobre el consumo de las familias siguen siendo importantes, tal y como queda reflejado en la errática recuperación del índice de confianza del consumidor, que ha mantenido una tendencia muy plana los últimos trimestres. En este sentido, la prolongación de las presiones inflacionistas seguirá impidiendo la recuperación de la renta disponible. Asimismo, es probable que haya una subida gradual de los tipos de interés. La pobre evolución de la ocupación tampoco ayuda. En el primer trimestre, esta cayó un 1,4% interanual en términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo completo. No obstante, se espera que en el segundo y tercer trimestres haya un respiro en el mercado de trabajo. Por lo tanto, de la lectura de todas estas variables se desprende que el consumo progresará el próximo trimestre, pero muy lentamente. | |
El consumo público probablemente se desacelerará en los próximos meses. | En segundo lugar, el aumento del gasto público del primer trimestre difícilmente se repetirá en lo que queda del año, dado el firme compromiso del Gobierno de reducir el déficit, reflejado en la Actualización del Programa de Estabilidad del periodo 2011-2014 de finales de abril. Ciertamente, la rebaja del déficit a lo largo del ejercicio de 2010 significó un retroceso del consumo público del 0,7% anual. Así pues, el cumplimiento del objetivo de reducción del déficit para este año implicará que el gasto público probablemente tenga importantes retrocesos en los próximos trimestres. | |
El limitado avance del gasto de las familias y la débil evolución del gasto público no reabrirán el apoyo de la inversión. Concretamente, el mejor comportamiento de la inversión destinada a la producción de bienes será insuficiente para contrarrestar el retroceso de la inver- sión en construcción. Con todo, el conjunto de indicadores apunta a que el sector de la construcción desacelerará su ritmo de caída, como denota la leve mejoría de la confianza en la construcción del mes de abril. | ||
El saldo neto exterior contribuirá positivamente al crecimiento del PIB en 2011. | En definitiva, dada la pobre evolución que se espera de los principales componentes de la demanda interna, la capacidad de recuperación estará a expensas del sector exterior. En este sentido, el hecho de que los países no periféricos de Europa hayan experimentado tasas de crecimiento elevadas en el primer trimestre mejora las perspectivas para las ventas al exterior y el volumen de turistas de los próximos meses. De este modo, las exportaciones deberían proseguir su tendencia positiva. Por su parte, las importaciones también deberían incrementarse, pero de forma más moderada, por lo que el saldo neto exterior debería contribuir notablemente al crecimiento del PIB. | |
Para determinar el crecimiento potencial de la economía a medio plazo, es importante observar la marcha de indicadores como la productividad. En este ámbito, los datos de contabilidad nacional ofrecen una visión mixta. Así, aunque la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente aumentó dos décimas hasta el 2,2%, esta variable por hora efectivamente trabajada se redujo más de un punto y medio, hasta el 0,5%, de forma que no hubo una clara mejoría. Por su parte, el coste laboral por unidad de producto continuó descendiendo pero a un ritmo menor. | ||
El principal riesgo negativo es la ralentización de las exportaciones, las grandes impulsoras de la recuperación. | En resumen, a pesar de que el proceso de recuperación parece estar bien encauzado con una proyección de crecimiento positiva para el conjunto del año, la incertidumbre es todavía elevada. Por un lado, uno de los riesgos negativos destacables es la posibilidad que prosigan las presiones inflacionistas derivadas del aumento del precio de las materias primas, hecho que conllevaría la pérdida de competitividad por parte de las empresas y la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores. Lo primero arriesgaría el impulso positivo de exportaciones mientras lo segundo podría ralentizar la reactivación de las compras por parte de los hogares. Otro factor desfavorable es el ajuste fiscal por parte del Gobierno que hace entrever que el consumo público retrocederá bastante en lo que resta del año, especialmente en la segunda mitad. |
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