lunes, 27 de junio de 2011

La Caixa. Junio 2011. Coyuntura española


Informe Mensual, núm 347 - Junio 2011
Coyuntura española - Actividad económica


Coyuntura española ( 295,47 KB )

El PIB de España avanza más de lo previsto, aunque en parte impulsado

 por el gasto público

El PIB crece el 0,3% intertrimestral en el periodo de enero a marzo de 2011.Los datos de la contabilidad nacional para el primer trimestre
de 2011 muestran que la actividad económica continuó su
suave senda de recuperación. Así, el producto interior bruto
(PIB) creció el 0,3% en el primer trimestre de 2011, situando
la tasa de avance interanual en el 0,8%, dos décimas por
encima de la cifra registrada el trimestre anterior.
Este incremento del PIB fue mejor de lo previsto gracias,
parcialmente, al aumento del gasto público, del 1,4% en
el trimestre, que superó ampliamente nuestras
expectativas. En cambio, los datos referentes al consumo
de los hogares y a la inversión en bienes de equipo
mostraron un total estancamiento. La debilidad del consumo
de las familias ya era en parte palpable vista la evolución
de las ventas minoristas, que en el mes de marzo volvieron
a caer, situando la tasa de variación interanual en el -8,7%.
Por lo que respecta a la inversión en construcción, esta
continuó retrocediendo, aunque a un ritmo menor. En su
conjunto, por tanto, la contribución de la demanda interna al
crecimiento interanual acabó siendo negativa, restándole
seis décimas. Ello significa que, tal y como se esperaba,
el sector exterior fue el motor de crecimiento del PIB en el
primer trimestre del año.
El consumo público aumenta mientras el privado se mantiene estancado.Cabe señalar, no obstante, el papel dispar de las expor-
taciones entre bienes y servicios. Mientras las ventas al
exterior de bienes aumentaron muy significativamente, la
partida de servicios retrocedió, a pesar del buen comporta-
miento del turismo. Ello indica que las exportaciones de
servicios no turísticos cayeron sustancialmente. El creci-
miento importante de las exportaciones de bienes coincide
con la mejora de la producción industrial de los bienes
intermedios y de equipo, más proclives al mercado
exterior, observada durante los tres primeros meses de
2011. Por el contrario, los datos muestran una caída significativa de la producción industrial de los bienes de
consumo, especialmente los duraderos.
Se espera que la recuperación pierda fuelle en el segundo trimestre.Vista la evolución de los distintos elementos del PIB de
enero a marzo y los indicadores disponibles, las
perspectivas son que la reactivación de la economía se
 desacelere un poco  en el segundo trimestre. En primer
lugar, las presiones sobre el consumo de las familias
siguen siendo importantes, tal y como queda reflejado
en la errática recuperación del índice de confianza del consumidor, que ha mantenido una
tendencia muy plana los últimos trimestres. En este
sentido,
la prolongación de las presiones inflacionistas seguirá
impidiendo la recuperación de la renta disponible. Asimismo,
es probable que haya una subida gradual de los tipos de
interés. La pobre evolución de la ocupación tampoco ayuda.
En el primer trimestre, esta cayó un 1,4% interanual en
términos de puestos de trabajo equivalentes a tiempo
completo. No obstante, se espera que en el segundo
y tercer trimestres haya un respiro en el mercado de trabajo.
Por lo tanto, de la lectura de todas estas variables se
desprende que el consumo progresará el próximo trimestre,
pero muy lentamente.
El consumo público probablemente se desacelerará en los próximos meses.En segundo lugar, el aumento del gasto público del primer
trimestre difícilmente se repetirá en lo que queda del año,
dado el firme compromiso del Gobierno de reducir el déficit,
reflejado en la Actualización del Programa de Estabilidad
del periodo 2011-2014 de finales de abril. Ciertamente,
la rebaja del déficit a lo largo del ejercicio de 2010 significó
un retroceso del consumo público del 0,7% anual. Así
pues, el cumplimiento del objetivo de reducción del déficit
para este año implicará que el gasto público probablemente
tenga importantes retrocesos en los próximos trimestres.
El limitado avance del gasto de las familias y la débil
evolución del gasto público no reabrirán el apoyo de
la inversión. Concretamente, el mejor comportamiento
de la inversión destinada a la producción de bienes será
insuficiente para contrarrestar el retroceso de la inver-
sión en construcción. Con todo, el conjunto de indicadores
apunta a que el sector de la construcción desacelerará
su ritmo de caída, como denota la leve mejoría de la
confianza en la construcción del mes de abril.
El saldo neto exterior contribuirá positivamente al crecimiento del PIB en 2011.En definitiva, dada la pobre evolución que se espera
de los principales componentes de la demanda interna,
la capacidad de recuperación estará a expensas del
sector exterior. En este sentido, el hecho de que los
países no periféricos de Europa hayan experimentado
tasas de crecimiento elevadas en el primer trimestre
mejora las perspectivas para las ventas al exterior y el
volumen de turistas de los próximos meses. De este
modo, las exportaciones deberían proseguir su tendencia
positiva. Por su parte, las importaciones también deberían incrementarse, pero de forma más moderada, por lo que
el saldo neto exterior debería contribuir notablemente al
crecimiento del PIB.
Para determinar el crecimiento potencial de la economía
a medio plazo, es importante observar la marcha de
indicadores como la productividad. En este ámbito, los
datos de contabilidad nacional ofrecen una visión mixta.
Así, aunque la productividad aparente por puesto de trabajo equivalente aumentó dos décimas hasta el 2,2%, esta
variable por hora efectivamente trabajada se redujo más de
un punto y medio, hasta el 0,5%, de forma que no hubo
una clara mejoría. Por su parte, el coste laboral por unidad
de producto continuó descendiendo pero a un ritmo menor.
El principal riesgo negativo es la ralentización de las exportaciones, las grandes impulsoras de la recuperación.En resumen, a pesar de que el proceso de recuperación
parece estar bien encauzado con una proyección de
crecimiento positiva para el conjunto del año, la
incertidumbre es todavía elevada. Por un lado, uno de los
riesgos negativos destacables es la posibilidad que
prosigan las presiones inflacionistas derivadas del
aumento del precio de las materias primas, hecho que
conllevaría la pérdida de competitividad por parte de
las empresas y la pérdida del poder adquisitivo de
los consumidores. Lo primero arriesgaría el impulso
positivo de exportaciones mientras lo segundo podría
ralentizar la reactivación de las compras por parte de
los hogares. Otro factor desfavorable es el ajuste fiscal
por parte del Gobierno que hace entrever que el consumo
público retrocederá bastante en lo que resta del año,
especialmente en la segunda mitad.

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