PABLO SEBASTIÁN
El presidente Zapatero sigue sin reconocer la gravedad de la situación en la que se encuentra España -e incluso su propio partido el PSOE- y no tiene respuestas ni capacidad de iniciativa frente a los problemas urgentes ya planteados entre los que destacan siete apartados importantes:
1. Exterior y Seguridad. La diplomacia de Zapatero se contradice ante la crisis de las rebeliones árabes: con los rebeldes en Túnez, Egipto y Libia; y con los dictadores productores de petróleo. Ese es el balance de los viajes de Zapatero y Jiménez por la zona afectada por las revueltas árabes. Y ¿cuál será la política de defensa y seguridad de España si los aliados de la OTAN deciden intervenir en Libia? No se sabe. Mientras tanto el prestigio y el nombre de España palidecen en la UE y en la escena internacional.
2. Economía y paro. En la política económica la subida del Euribor, del IPC y del paro ha puesto en entredicho las previsiones y medidas del Gobierno, y abre de nuevo la amenaza de los los mercados financieros a la deuda de nuestro país, porque ven muy difícil un relanzamiento del crecimiento español y la mejora de ingresos del Estado, lo que incluye con claros riesgos para la Seguridad Social.
3. Energía. La política energética está desconcertada por causa de altos precios del petróleo y posibles problemas para España de aprovisionamiento como consecuencia de las revueltas del mundo árabe. Y las medidas de ahorro energético que está promoviendo el gobierno carecen de credibilidad y suenan a ocurrencias que no son eficaces (velocidad a 110 km por hora, cambio de bombillas, etc). Además ¿qué hacer con las energías renovables y nuclear?
4. Cajas y Bancos. La reforma financiera, que afecta a algunos bancos y a las cajas de ahorro especialmente, no acaba de encontrar un modelo final y no cesan de llegar rectificaciones oficiales, las nuevas fusiones y los extraños planes sobre la reconversión de las Cajas en unos nuevos bancos, bajo control político y sindical y con el invento de los llamados “bancos malos” -¿quién los avala?-, donde se pretenden aparcar los activos podridos. ¿Entrarán en estos “bancos políticos” los inversores extranjeros?
5. Autonomías. Al déficit incontrolado de las autonomías se suman ahora los nuevos escándalos sobre los fondos del paro en Andalucía y nuevas reivindicaciones fiscales de Cataluña, bajo la amenaza de romper la cohesión nacional y de retirarle (CiU) al Gobierno su apoyo parlamentario.
6. ETA y Sortu. La presunta firmeza del Gobierno frente a Sortu, nuevo partido de ETA y Batasuna, contrasta con la ambigüedad del lehendakari López y del presidente del PSE, Eguiguren, sobre la oportunidad de permitir al nuevo partido pro etarra que se presente a las elecciones de mayo sin condenar a ETA, o a todas las acciones ilegales y a sus comandos criminales como los recientemente capturados.
Y permanece en el alero la investigación judicial sobre el caso Faisán. Los tribunales tienen además dos asuntos de trascendencia política: el caso Garzón en Madrid y el caso Camps en Valencia.
7. Luchas de poder. Tres ministros de Zapatero –Blanco, Rubalcaba y Chacón- están inmersos en la batalla por la sucesión de Zapatero, a la que también aspira José Bono aunque lo niegue, y la que siguen de cerca otros barones del PSOE como Vara, Gómez y Barreda, sin olvidar aquí los graves problemas del PSC/PSOE catalán, y la pésimas expectativas electorales de los socialistas para la cita del mes de mayo. Y todos ellos, los ministros, los candidatos y los dirigentes a la espera de que Zapatero anuncie el día y la hora de su retirada del primer plano de la política.
¿Qué hacer? La perspectiva de mantener esta situación durante una año más, en espera de las elecciones de 2012 y sin un gobierno fuerte y estable que ofrezca respuestas y soluciones importantes a estas “plagas” que hoy inundan la vida española, se presenta como un tiempo demasiado largo y aterrador, camino de los cinco millones de parados y de serios peligros para el sistema financiero español.
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