sábado, 5 de febrero de 2011

The Economist se confunde y llama al presiente español Zapatero cuando en realidad se llama Zparo

The Economist despide a Zapatero con burla: 'Un presidente socialista acomete reformas liberales'

Alfredo R. Mendizabal.- La prensa internacional se ocupa este fin de semana de la radical transformación de dos gobernantes en los últimos tiempos. Por un lado, Merkel. Por otro, Zapatero. Docenas de periódicos en toda Europa y en otras latitudes avanzan lo que se ha ido conociendo del Pacto de Competitividad pergeñado por Merkel y Sarkozy. Como la cumbre en Bruselas iba de energía, se presentó a los otros 25 durante la comida. Stephen Castle, aparte de centrar las seis grandes líneas del documento, describe en muy pocas palabras a la canciller alemana. Su crónica, en la primera página del cuadernillo de economía de The New York Times, se titula así: 'Merkel cambia de opinión y exhorta a la salvación del euro'. Luego concreta y aclara, sin que se necesite traducción alguna: 'Antes era conocida como Frau Nein pero de repente ahora dice Ja'. Sobre Zapatero no hay tantas referencias estelares en esta ocasión. Pero una de ellas marca época: The Economist aprovecha el Pacto Social para despedirlo, burlarse de él con finura británica y decir que el año que viene ya estará fuera del poder.
Lo más hiriente comienza en el antetítulo, título y sumario. Cada uno de los tres elementos está en letra distinta y diferente color. En rojo: 'Perspectiva económica de España'. En azul: 'Reformar a Zapatero'. En negro: 'Un presidente socialista acomete reformas liberales'. El texto que sigue está minado con adjetivos, adverbios, preposiciones y alusiones con evidente intencionalidad. Por ejemplo: al informar del pacto sobre las pensiones para subir la edad de jubilación, incurre en al menos cinco expresiones zumbonas en un solo párrafo. Una: 'Los españoles se jubilarán, aunque con muchas excepciones, a los 67 años en lugar de a los 65'. Dos: 'O al menos podrán hacerlo en 2027'. Tres: 'Eso está muy lejos, pero los españoles van a ser los que más años trabajen en la Unión Europea'. Cuatro: 'Sin embargo, primero tienen que encontrar trabajo'. Cinco: 'El desempleo por encima del 20%, y creciendo, prueba que España necesita urgentemente mucho más cambio'.
Otras frases y recursos periodísticamente incorrectos: que la aprobación del pacto justo antes de la visita de Merkel puede inducir a alguien a pensar que la canciller tiene a Zapatero 'agarrado de las orejas'; que con presión o no de Merkel, la 'tardía conversión' de Zapatero es tan ferviente que la llevará a cabo sea como sea; que de todas formas, 'hay límites a su celo reformista', por no reconocer que hace falta algo más que una moderación salarial para competir y un mayor bajón en el precio de la vivienda.
El último párrafo es 'refinitivo': '¿Y qué hay del crecimiento? Famoso optimista, Zapatero menciona estudios que sugieren que España crecerá más que la media de la Unión Europea desde 2013. Pero las elecciones son el año que viene, y las encuestas apuntan que su Partido Socialista ya no estará en el poder. La reforma ha llegado demasiado tarde'.
Los seis puntos principales mencionados por el NYT y otros sobre el Pacto de Competitividad diseñado por Merkel y Sarkozy son los siguientes: abolición de los sistemas de indexación de los salarios en relación con el IPC; reconocimiento mutuo de grados académicos; creación de una base común para fijar el impuesto de sociedades; ajustar el sistema de pensiones; establecimiento de un plan nacional de gestión de crisis para el sistema financiero; promulgación de legislación para forzar a los países a comprometerse a duras medidas fiscales por medio de un 'mecanismo de alerta de deuda'. Según comenta Leigh Phillips en EU Observer, el límite de déficit de las reformas constitucionales propuests podría tomar como base de partida el 'punto de ruptura' alemán, que no se fijó ni siquiera en el 3%, sino en el 0,35%. Pera para 2016.

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