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lunes, 10 de enero de 2011

Los precios de los alimentos básicos alcanzaron en diciembre un nuevo récord histórico



a 06/01/2011
La crisis está sobre la mesa, y amenaza con retirar el mantel de un zarpazo y arrasar con toda la vajilla. Los precios de los alimentos básicos alcanzaron en diciembre un nuevo récord histórico, según los datos proporcionados por la Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO). El pan y los platos nuestros de cada día cerraron el año 2010 por encima incluso de los máximos registrados durante la gran alerta alimentaria sufrida por varios países durante el verano de 2008, el año cero del nuevo desorden mundial. El indicador de precios de los alimentos de la FAO, que analiza la evolución de 55 materias primas alimentarias, alcanzó en diciembre los 214,7 puntos, frente a los 206 enteros del mes anterior y por encima del anterior tope de 213,5 puntos registrado en junio de 2008.
Los parámetros que ofrece el organismo internacional vienen a confirmar el pronunciado repunte que las materias primas han experimentado durante los últimos meses en los mercados internacionales, más a cuenta del hambre especulativa que de un recobrado apetito de los consumidores, empachados de desconfianza y atracados de raciones de incertidumbre. Pero ya sea por la gula de las nuevas potencias emergentes o por la vieja avaricia de las de siempre, el desenfrenado «rally» alcista conduce invariablemente a la meta de la inflación desbocada y, en los circuitos peor asfaltados, hacia los «boxes» sombríos del hambre y la desesperación.
Amarga realidad
El repunte de diciembre no es, en absoluto, un dato aislado. El indicador del organismo dependiente de Naciones Unidas acumula ya su sexta subida mensual consecutiva, en la que el alza del azúcar y la carne vuelve a disparar todas las señales de alarma. La vida resulta más amarga al comprobar que el indicador del precio del azúcar se ha disparado desde los 182 puntos de 2008 a los 398 de diciembre, un incremento del 118%. En el último año, la subida es de más del 19%. Cifras que se equiparan al comportamiento del edulcorante natural en el mercado de futuros, en el que su valor se ha elevado desde hace dos años en un 13,8%.
Habrá que refugiarse en la sacarina para asimilar también que el indicador de la FAO para el precio de la carne ha cerrado el año en los 142 puntos, 24 más en el mes de diciembre de 2009, lo que supone un alza de alrededor de un 20%. Y un 10% por encima del índice registrado durante el despegue de la crisis. Cereales, aceites y productos frescos también han experimentado notables avances en los últimos meses. El único pequeño alivio lo ofrece el arroz, alimento básico en Asia y África, que mantiene unos precios estables que se sitúan aún lejos de los máximos de hace dos años.
La situación es delicada, aunque la FAO prefiere no hablar aún de crisis alimentaria. Con todo, Abdolreza Abbassian, economista de la organización, admite que hay motivos para la alarma. «Estamos preocupados, y la razón real de la preocupación es la incapacidad de predecir», aseveraba ayer a Reuters, introduciendo otro de los elementos claves, e ingobernables, del desajuste alimentario: los imponderables meteorológicos.
«Aún hay espacio para que los precios suban mucho más, si, por ejemplo, el clima seco en Argentina se convierte en una sequía y si empezamos a ver problemas por las heladas en el Hemisferio Norte con la cosecha de trigo», explica Abbasian. El factor climático es fundamental en la ecuación de futuro de los precios, como demostraron los incendios que castigaron Rusia en agosto y arrasaron con las cosechas de trigo. Hoy el precio de este cereal es un 22,8% más caro que a finales de 2008. Así que habrá que seguir esperando a que escampe, en todos los sentidos.

    

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