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miércoles, 19 de enero de 2011

Los expertos achacan la drástica reducción de los procesos de baja, al miedo a perder el empleo, aunque también puede ser consecuencia de los mayores controles que realiza la Seguridad Social

Algunos estudios calculan que cada trabajador suma 60 horas al año en estar de baja. Este absentismo cuesta a las empresas españolas unos 2.000 millones de euros. La cifra, no obstante, se ha reducido en los últimos ejercicios y parece que la tendencia continuará siendo a la baja.

Los últimos datos disponibles (hasta septiembre 2010) cifraban en 353.000 las bajas que la Seguridad Social reconocía cada mes. Un año antes eran 80.000 más y en 2007 superaban las 483.000. De esta forma, se ha pasado de más de 30 casos por cada mil trabajadores a menos de 25, lo que ha dado lugar a un nuevo fenómeno, conocido como presentismo.

Los expertos achacan esta drástica reducción de los procesos de baja al miedo a perder el empleo, aunque también puede ser consecuencia de los mayores controles que realiza la Seguridad Social. El presupuesto público se hace cargo de los pagos al trabajador, tanto en el caso de accidente laboral o enfermedad profesional (a partir del segundo día) como de las enfermedades comunes (a partir del decimoquinto día). Todo ello ha contribuido a reducir la factura que anualmente se destina a pagar las bajas temporales. En los once primeros meses de 2010 el gasto se redujo casi un 6 por 100 y, si no cambia el escenario, de los 7.300 millones asignados inicialmente sobrarán cerca de 2.000 millones.

Lejos de conformarse con esta mejoría, el Ministerio de Trabajo continúa esforzándose para reducir el gasto, sobre todo el derivado de algunos procesos que entiende injustificados. Este martes se presentará la guía elaborada para homogeneizar, en la medida de lo posible, los tratamientos de algunas enfermedades comunes.

La necesidad de reducir gastos, tanto por parte de la administración como de las empresas, no tiene por qué conllevar reducción o merma de derechos de los trabajadores, pero no es menos cierto que los casos de bajas injustificadas, prolongaciones gratuitas y excesos todo tipo han sido hasta ahora más comunes de lo deseable y contado con la simpatía de los profesionales de la medicina, la propia administración e incluso algún empresario confundido con su papel.
La Tiza

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