Trump similar a Putin, gente de poco fiar.
Sobre el vasto cielo de la incertidumbre,
resuenan ecos de palabras fieras.
Trump señala con su dedo al este,
Zelenskiy responde con voz sincera.
El águila de Occidente ruge,
el oso del norte avanza sin miedo.
Europa en su desvelo duda y urge,
mientras la guerra consume su suelo.
"Dictador", clama el viento en Washington,
"Defenderemos nuestro derecho a existir",
responde Kiev con férrea convicción,
en un campo donde el dolor ha de persistir.
En la sombra de acuerdos inciertos,
se cruzan miradas de fuego y hielo.
Putin y Trump susurran secretos,
Europa calla en su trono en duelo.
Desde Miami, palabras de trueno,
"El tren de la salsa no se detiene".
Pero en Kiev, en medio del invierno,
el pueblo lucha y su voz no cede.
La ONU, observa la escena, distante,
mientras Australia su firmeza sostiene.
"No venderé mi país", Zelenskiy dice ,
mas Washington insiste y no se detiene.
Los mares de la diplomacia se agitan,
París y Londres buscan un faro.
Macron y Starmer a Washington viajan,
con Europa temblando en su estrado.
En la bruma de pactos inciertos,
la paz es un sueño, la guerra, un abismo.
Mientras el tiempo juega su juego,
la historia repite su mismo ritmo.
Un mes apenas ha pasado,
y el mundo ya siente el temblor.
Las voces se alzan, resuenan los ecos,
¿será la paz o más dolor?
Los líderes se mueven como piezas de ajedrez,
las sanciones se firman, los tratados se rompen.
¿Quién será el rey en este tablero cruel?
¿Quién será el peón que el poder corrompe?
Los ojos del mundo con miedo miran,
las sombras de imperios pasados despiertan.
Las bombas aún caen, las madres aún lloran,
y la historia en sus páginas se reinventa.
Pero aún en la noche de la desesperanza,
las llamas de la voluntad no se extinguen.
En cada rincón de Ucrania en llamas,
el alma de su gente resurge y persigue.
Desde la plaza donde gritan los libres,
hasta la trinchera de un soldado sin nombre,
cada vida perdida, cada lágrima vertida,
serán testimonio, con asombro, de su lucha.
Que el viento de la paz sople más fuerte,
que se cumplan las leyes,
que se apaguen las llamas del odio y la muerte.
Que la historia no cuente con sangre y espanto,
sino con voces de unión en un mismo canto.
¿Trump dictador?
Le llaman, mas la verdad, ¿es dictador?
no es un monarca sin oposición,
es un líder con ansias de mando,
pero aún prisionero de su nación.
Él dicta, impone, ordena y reclama,
pero sus leyes deben ser escuchadas.
No reina en sombras, ni cierra las puertas,
su mando es fuerte, pero no sin cadenas.
Con puño de hierro habla a Ucrania,
con Rusia murmura en un juego incierto.
¿Es un tirano o solo estratega?
¿Es la paz su meta o su desconcierto?
El águila observa, el oso se acerca,
Zelenskiy resiste, su pueblo no tiembla.
La historia decide, la guerra no calla,
¿será la imposición su última batalla?
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