miércoles, 29 de junio de 2011

Alemania pone la proa bancaria mirando a España

@S. McCoy  27/06/2011
Oficialmente se ha tratado de desligar una cosa de la otra. Pero todo el mundo en el sector sabe que hay una relación causa-efecto entre la conversión anticipada de obligaciones en acciones realizada por BBVA la semana pasada, por importe de 2.000 millones de euros, y el hecho de que laEuropean Banking Association (EBA), organismo que tiene encomendado la realización de la nueva ronda de stress test de la banca europea, haya decidido no admitir tales títulos a efectos del cálculo de solvencia de las entidades.
De poco ha servido la argumentación de los afectados en el sentido de que, al tratarse de obligaciones NECESARIAMENTE convertibles, matiz relevante, no dejarán de ser parte de los recursos propios antes o después y que, por tanto, es absurdo su rechazo. Las pérdidas acumuladas en algunas emisiones minoristas, comido por servido, se encuentra en la base de tal renuencia. Lo más que han conseguido es que se incluya a estos valores dentro de los factores mitigantes o correctivos, como parte de la letra pequeña que quedará a años luz del titular que se publicará allá por mediados de julio. Cero consuelo, mucha preocupación.
En busca de una cabeza de turco...
De hecho, ése es el quid de la cuestión. Existe el convencimiento entre buena parte de las firmas españolas de que hay una campaña dirigida desde Alemania, paganini de esta fiesta como de tantas otras, que persigue colocar a España y sus bancos y cajas en el disparadero como vía para cubrir sus propias miserias, una vez resuelto el problema de las acciones sin voto de sus Landesbanken. Tras el fiasco que supuso la primera evaluación, en el que las ahora quebradas instituciones irlandesas salían niqueladitas, la pretensión es dar una vuelta de tuerca adicional que, en palabras del analista de Chevreux,Iñigo Vega, sirva para encontrar una cabeza de turco oficial.
Y más allá de sus propios pecados, que son muchos y hemos comentado con profusión en esta misma columna, la banca española tiene todas las papeletas para ser la elegida gracias, entre otras cosas, a la debilidad del Ejecutivo y del Banco de España a la hora de defender nuestros intereses ante las instituciones europeas. Prueba de ello es el escenario macro de partida que la EBA fija para la economía española, caída acumulada del PIB muy por encima de la media continental; o la contracción adicional del sector inmobiliario que prevé, estimaciones cercanas al disparate en algunos segmentos como en el caso del terciario comercial y de oficinas.
... no serán tenidas en cuenta las provisiones genéricas...
Quizá el caso más sangrante sea, sin embargo, la exclusión del último asidero que le quedaba al Banco de España para justificar la bondad de su acción en la crisis que, de facto, ha sido desastrosa: quedan fuera de la consideración de capital no solo las provisiones genéricas sino también las específicas contra un riesgo sub estándar no individualizado. ¡Menos mal que han sido reconocidas expresamente por Basilea III para su cómputo! Soprendente paradoja que obvia su carácter preventivo y el sacrificio en términos de beneficio a repartir o capitalizar que su dotación provocara en su día.
Aunque es verdad que una buena parte del colchón anticíclico ya ha sido consumido por algunas entidades desde el inicio de la crisis, aún supone, junto con la nueva dotación global frente a quebrantos potenciales, un 1,4% de los activos medios ponderados por riesgo de la banca española (RWA), de acuerdo con los cálculos del propio Vega. Eso sí, como en el caso de las obligaciones, ningún obstáculo para entren a formar parte de los factores mitigantes. A ver quién se acuerda de ellos cuando salte esta liebre.
... pero sí las ayudas públicas
Se da la paradoja adicional de que las ayudas públicas, tanto en forma de capital como de préstamo (FROB), sí que serán consideradas como recursos propios. De este modo, firmas ya rescatadas encabezarán, en muchos casos, los rankings de solvencia, sea la ayuda voluntaria o forzada. Una medida que beneficia, sin duda, al universo bancario anglosajón. Mientras, aquellas que hayan tratado de capear el temporal financiero por sus propios medios figurarán en la cola del ranking. Menos es más.
La foto que va a salir de nuestro país, más allá de los cadáveres vivientes de todos conocidos, va a ser singular, por calificarla de modo suave. El burro delante para que no se espante. Además, firmas como Santander yBBVA mostrarán una realidad muy distinta a su verdad operativa y geográfica al no ser objeto del test de esfuerzo su negocio no europeo, Brasil y México principalmente.
Es evidente que solo se deja avasallar quien carece de fuerza suficiente y mecanismos para defenderse. La vulnerabilidad política de España la ha convertido en terreno abonado para cualquier tropelía como la que está a punto de llevarse a cabo. Insisto, no será un servidor el que rompa una lanza a favor de unos gestores patrios que tienen su importante cuota de responsabilidad en la situación que ahora padece nuestro sistema bancario. Pero lo cortés de la crítica ejercida aquí hasta desgañitarnos no quita lo valiente de denunciar qué se está cociendo, con qué finalidad, cuál puede ser el resultado aparente, qué factores de corrección habría que aplicarle antes de efectuar un juicio sumarísimo sobre el mismo y qué implicaciones tiene no realizar, de forma colectiva, una defensa del trabajo que, en términos de balance de la banca, se ha hecho hasta ahora. Se podrá estar o no de acuerdo pero es cuestión de estado. Ya sí. No se equivoquen.

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