domingo, 11 de junio de 2023

Que el centro hable a la gente, no los margenes

Que el centro hable a la gente, no los margenes 


Desde el centro de la razón y la concordia,

se alza la poesía que abraza la política,

buscando en su esencia la armonía perdida,

para que las leyes sean duraderas y justas.


En el tumulto de voces y de ideologías,

donde la polarización tiñe de amargura,

la poesía emerge como fuente de cordura,

tejiendo versos de diálogo y utopías.


Desde el centro se alza, sin radicalismos,

buscando puntos en común, acuerdos firmes,

una política que abraza a todos los seres,

dejando de lado rencores y abismos.


La poesía es un faro de palabras sabias,

que guía a los legisladores en su quehacer,

recordándoles la importancia de entender,

que las leyes deben ser justas y duraderas.


Que no sean producto de intereses mezquinos,

sino el fruto del consenso y la reflexión,

que respeten derechos y dignidad, sin excepción,

y construyan un futuro donde todos sean vecinos.


Desde el centro de la poesía y la razón,

se levanta la voz, suave pero persistente,

recordando a quienes ostentan el poder,

que la política se nutre de amor y empatía.


Que la lucha por el bienestar colectivo,

no debe desdibujarse en disputas vanas,

sino que sea el eje de cada acción humana,

para que las leyes sean duraderas y efectivas.


Que la política desde el centro se abrace,

construyendo puentes de entendimiento,

buscando siempre el bien común como cimiento,

y así, las leyes serán un legado que perdure.

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