Los Impunes y el Pueblo

 

Los Impunes y el Pueblo

Progresistas, feministas,

reformistas de ocasión,

con palabras siempre listas

para tapar la corrupción.

Desde el coche oficial

a la moqueta importada,

todo huele a lodazal

bajo etiqueta dorada.

Virginia alzó la voz

desde Tragsatec callado,

la sobrina, el alto dios,

y el silencio, bien pagado.

Jésica, gran recomendada,

por un ministro de honor,

iba en lencería posada

y obtuvo cargo y favor.

Renunció Barbancho, asqueada,

de tanta presión ruin,

la llamada estaba cerrada

por decreto y por botín.

Miss Asturias ya tenía

su contacto celestial,

le escribía a quien podía,

y Koldo obraba el milagral.

«La de Gijón», «la locuela»,

la insultaban por detrás,

con lenguaje de doncella

que el feminismo hace trizas.

Mientras, el tal Koldo andaba

de consejero oficial,

por Renfe se paseaba,

padrino institucional.

Isabel, que alzó bandera

de lo ético y lo austero,

pasó el CV como fuera

y ocultó el ligero acero.

No era cualquier hoja impresa,

ni humilde presentación,

era lencería espesa

con trato de comisión.

Tú y yo, en la declaración,

contando cada décima,

ellos, de juerga y balcón,

con mordida y pantomima.

Haz tú algo parecido,

un autónomo sin red,

y verás cómo el olvido

no existe si eres plebeyo.

Pilla tú a tu mujer

cobrando de los clientes,

verás qué bonito es ver

hacienda entre los dientes.

Si tu hermano se colocara

sin currar, sin aparecer,

la sanción no se esperara,

te vendrían a recoger.

¿Le darías tu confianza

a un abogado imputado,

que con total arrogancia

te deja desprotegido y pelado?

Y si el socio enchufa a la churri

de un catálogo carnal,

¿le brindarías tú el buril

para un nuevo capital?

En viajes de empresa, en secreto,

la llevaba con pasión,

previo pago y sin respeto,

cobrando la comisión.

Pero ellos son casta pura,

de moral superior,

la impunidad les procura

un blindaje protector.

Gallardo hace su función

con el gesto más valiente:

de aforarse, dimisión,

y luego esconder la frente.

Badajoz fue un teatro,

Subdelegación y voz,

de una farsa sin recato

que da náusea y algo atroz.

Mientras tanto, Extremadura

se convierte en pabellón

donde se aplaude la oscura

representación de un ladrón.

¿Y la prensa? Bien callada,

recibiendo su favor,

el que paga la portada

es quien dicta el redactor.

Así va nuestra nación,

entre enchufes y licencias,

con la risa del patrón

y el pueblo en penitencia.

Mas si el pueblo se levanta,

si no teme al castigar,

que tiemble quien se amamanta

del erario sin dudar.

David Sánchez, hermano fiel,

con Gallardo en la función,

crearon plaza a pincel

para su propia promoción. 

Gallardo, con gran destreza,

consigue aforamiento veloz,

cinco renuncias, gran pieza,

para evitar el veloz adiós. 

El PP clama "fraude total",

Vox recurre sin cesar,

la justicia, en su portal,

ve el teatro sin parar. 

Pardo de Vera, llamada está,

al Senado y al juzgado irá,

por el caso Koldo hablará,

¿la verdad revelará? 

Koldo guarda grabaciones,

que al gobierno pueden hundir,

chantajes y confesiones,

que podrían todo descubrir. 

Santos Cerdán, en la mira,

por obras en Navarra indagado,

la UCO su nombre gira,

en el escándalo implicado. 

El PP exige claridad,

en gastos y en viajes de Estado,

la transparencia es necesidad,

pero el gobierno ha fallado. 

La oposición, en su papel,

acusa de bunkerización,

el PSOE, en su carrusel,

responde con negación.

El caso Ábalos resurge,

con nuevas imputaciones,

la trama Koldo se expurge,

entre más revelaciones. 

La esposa del presidente,

también en la investigación,

el círculo es evidente,

de una amplia corrupción. 

El PSOE en Extremadura,

en crisis institucional,

la ética ya no perdura,

todo es funcional. 

La prensa, en su mayoría,

calla o minimiza el error,

la verdad se desvaría,

en un mar de deshonor.

El pueblo, aún paciente,

paga impuestos sin cesar,

mientras la élite indecente,

sigue sin parar.

La justicia, en su balanza,

parece inclinarse al poder,

la esperanza ya no alcanza,

para el pueblo defender.

Las urnas serán el juicio,

donde el pueblo decidirá,

si continúa el artificio,

o la honestidad reinará.

La democracia se tambalea,

entre escándalos y traición,

la confianza se marea,

en esta nación.

Los partidos se señalan,

culpas van de aquí para allá,

mientras las arcas se vacían,

y la verdad se va.

La historia juzgará estos días,

de corrupción y deslealtad,

y el pueblo, con sus porfías,

buscará la verdad.

Los jóvenes, desencantados,

ven un futuro incierto,

con líderes desalmados,

y un sistema desierto.

La educación, la sanidad,

víctimas de la corrupción,

mientras la clase alta, en su vanidad,

vive sin preocupación.

La cultura se resiente,

sin apoyo ni inversión,

la política, indiferente,

prioriza su ambición.

La economía se estanca,

el desempleo no cesa,

la política se atranca,

en su propia pereza.

La esperanza es el voto,

la voz del pueblo soberano,

para cambiar este roto,

y tomar el futuro en mano.

Que la justicia prevalezca,

que la verdad sea la guía,

que la corrupción desaparezca,

y renazca la alegría.