miércoles, 13 de agosto de 2025

Timo al electorado



“No importa cómo se vota,
ni quién vota o en qué lado,
lo que importa es el contado
que la mano propia anota.
Si la urna está remota
del control ciudadano,
la promesa es un temprano
gancho dulce al corazón,
y al final la conclusión:
el que manda mueve el piano.”


Pedro Sánchez aseguraba,
con voz firme y aire serio,
que la amnistía era un misterio
que jamás la aprobaba.
Pero el viento se giraba
tras el veintitrés de julio,
y en su propio monolito
borró el “no” sin disimulo,
porque el poder es un bulo
si no va con su apetito.


El programa electoral
no traía tal regalo,
ni en el punto más lejano
se veía ese manjar.
Pero a puerta de cristal
y con pactos de despacho,
se tejió fino el remacho
con los votos prestaditos,
y así “sí” fueron los gritos
del que dijo “No” al muchacho.


Ni referéndum, ni nada,
ni consulta, ni permiso,
solo un pacto subrepticio
y sonrisa bien cuidada.
La democracia pintada
como un lienzo de artificio,
donde el pueblo es sacrificio
que se entrega sin derecho,
mientras él guarda el estrecho
trono como oficio.


El votante confiado
cree que su voz decidía,
pero en la cuenta vacía
queda todo archivado.
Lo que ayer fue asegurado
hoy se cambia sin rubor,
y en la sala del señor
las promesas son baraja
que se lanza y se trabaja
para el rédito mayor.


La amnistía que negaba
hoy es llave de su reino,
y con gesto casi ameno
a la historia la entregaba.
El electo se inclinaba
a quien antes señalaba,
y al que todo reclamaba
le dio pacto y bendición,
convirtiendo en salvación
lo que ayer mismo insultaba.


El fraude no es solo robo,
es disfrazar la intención,
vender otra dirección
y cambiarla de modo.
Es ofrecer pan y apodo
y entregar piedra en su sitio,
es decir que hay beneficio
cuando el pueblo se arrodilla,
y la ley se arrodilla
si lo exige su capricho.


Por eso quien traiciona gana
aunque el voto sea sincero,
pues el juego verdadero
es poder y negocio en Moncloa.
La promesa es la campana
que al sonar ya está vendida,
y la democracia confundida
queda atada a su discurso,
viendo que poder y recursos
esta en quién manda en AUTOCRACIA.

martes, 12 de agosto de 2025

Al empresario

"Copla del Sudor Callado"




“Muchos miran al empresario

como al lobo de la sierra,

que amenaza el vecindario

con sus garras de guerra.”



Otros dicen que es la vaca

que da leche sin cesar,

y la exprimen sin pausa

ni pensar en su penar.



Pero vida mía, pocos

ven a este con respeto,

y se ata cada día al yugo,

 para lograr su invento 



Es toro que no embiste,

que no ruge ni se queja,

pero al peso que resiste

se le quiebra la coraza.



No le cantan sevillanas,

ni le aplauden su sudor,

pero sufre las mañanas

con la angustia del error.



No se queda en la idea,

ni la deja marchitar,

que la sigue noche y día

hasta verla levantar.



Si en el monte hay maleza

o el camino es puro azar,

va arrancando las espinas

pa’ poderla coronar.


No se asusta de la pena,

ni del trueno ni del mal,

si tropieza, se levanta

y vuelve a caminar.


Bien sabe que no es de pronto

cuando el cielo quiere dar,

que la espiga pide tiempo

y el amor pide esperar.


Pone el oro de su bolsa,

pone el alma y su pensar,

pone el pulso de su sangre

y no para aunque a nadie agrade.


Y al final, cuando la obra

luce grande y sin igual,

se emociona y da las gracias

por poderla levantar.


¡Ay, si pierde la cosecha!

¡Ay, si el banco no aplaza!

¡Ay, si el pueblo lo desprecia

aunque el pan de él brota!



Que si gana, es un bandido;

que si cae, nadie está;

le devoran el latido

y le piden mucho más.



Y en las noches de desvelo

cuando nadie quiere estar,

sólo él mira hacia el cielo

con la luna por fiscal.



Tiene el alma hecha de fuego,

las entrañas de metal,

y su paso, firme, es trueno,

es el último en cobrar el jornal.



Tiene amor por lo que crea,

tiene orgullo sin alarde,

y aunque el mundo lo abuchea,

sabe andar con paso grande.



Va tirando de la vida

como un toro entre sombras,

y su pena va escondida

bajo un gesto de galán.



Que lo miren con respeto,

que no es lobo ni es traidor;

va al yugo con el trabajo,

es quien contrata al trabajador.